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Los zoólogos no salen de su asombro: una guardabosques avista por primera vez un saltamontes de color rosa

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

En una rincón aislado de Nueva Zelanda, una rutina de observación de insectos terminó convirtiéndose en un hallazgo extraordinario. Lo que parecía un día más estudiando saltamontes se transformó al descubrir un ejemplar imposible de ignorar por su color y rareza.

El descubrimiento de este insecto de color rosa no sorprende únicamente por su apariencia, sino también por lo que revela sobre la fragilidad de una especie única y del ecosistema que la sostiene. ¿Quieres saber cómo se produjo este registro?

Descubren en la Cuenca Mackenzie un ejemplar único de un saltamontes Sigaus robustus

El avistamiento tuvo lugar en la Cuenca Mackenzie, una de las regiones más intactas del interior de Nueva Zelanda, durante un estudio anual liderado por el Departamento de Conservación (DoC).

En las inmediaciones del lago Tekapo, una guardabosques llamada Jen Schori detectó sobre unas rocas ribereñas un saltamontes de un intenso color rosa oscuro, completamente ajeno a la paleta habitual del entorno.

El insecto pertenece a la especie Sigaus robustus, conocida como saltamontes robusto, un artrópodo endémico que suele presentar tonos grises o marrones para confundirse con las piedras de los ríos trenzados donde habita.

Por ello, la aparición de un ejemplar rosado generó incredulidad incluso entre investigadores con décadas de experiencia. Según relataron responsables del DoC en declaraciones recogidas por The Guardian, algunos científicos habían oído hablar de individuos con esta tonalidad, pero ninguno lo había visto directamente hasta ahora.

El eritrismo, la mutación genética detrás del color rosa del saltamontes

La coloración responde a una condición genética poco común llamada eritrismo. Este fenómeno provoca un exceso de pigmentos rojizos y una disminución de los colores habituales, alterando por completo la apariencia del animal.

En el caso del Sigaus robustus, esta mutación rompe con su principal estrategia de supervivencia: el camuflaje. Los expertos explican que estos saltamontes, de aspecto casi primitivo, son grandes saltadores pero poco precisos al aterrizar, lo que incrementa su vulnerabilidad.

Además, existe un marcado dimorfismo sexual. Las hembras duplican en tamaño a los machos y requieren largas exposiciones al sol para alcanzar la temperatura corporal necesaria para alimentarse y desarrollar sus huevos. Esa necesidad de asolearse fue, precisamente, lo que permitió detectar a la hembra rosada.

El saltamontes robusto rosa, una especie en peligro crítico de extinción

La especie está catalogada como «en peligro de extinción» y su población adulta se estima entre 250 y 1.000 individuos en todo el país. La pérdida de hábitat, el cambio climático y los depredadores introducidos, como gatos, erizos y aves, amenazan seriamente su supervivencia.

En 2018, el DoC creó un santuario vallado para proteger a estos insectos, considerado uno de los primeros refugios específicos para invertebrados.

Sin embargo, el ejemplar rosado fue localizado fuera de esa zona protegida, lo que reduce sus probabilidades de sobrevivir. Su color brillante la hace especialmente visible para los depredadores, un riesgo añadido para la conservación de la especie.

Aun así, desde el equipo de conservación no pierden el optimismo. Existe la esperanza de que esta hembra logre reproducirse y que, con el tiempo, aparezcan más individuos con esta llamativa tonalidad.