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El producto más exportado de Extremadura no es el jamón ni el aceite: genera 61.500 empleos y Europa quiere hundirlo

Cuando se analizan las exportaciones extremeñas, el foco suele situarse en productos agroalimentarios como los embutidos. Sin embargo, hay un sector que lidera las ventas exteriores y concentra buena parte del empleo industrial y agrario de la región. El debate actual en Bruselas ha vuelto a colocar sobre la mesa el papel del producto más exportado de Extremadura.

Actualmente, en Europa, las decisiones fiscales previstas para este producto pueden tener efectos directos sobre la competitividad exterior, el empleo rural y el equilibrio de las comarcas productoras, donde este insumo actúa como pilar económico.

¿Cuál es el producto más exportado de Extremadura y por qué Europa quiere hundirlo?

El tabaco es el producto más exportado de Extremadura, muy por delante de otras producciones agrarias más asociadas al imaginario colectivo. Según datos sectoriales, publicados por la Mesa del Tabaco, la región concentra el 98% del cultivo nacional y lidera la producción europea, con una clara orientación hacia los mercados internacionales.

Cerca del 74% de la hoja producida se destina a exportación, con un valor aproximado de 70 millones de euros anuales.

Este liderazgo se ve ahora cuestionado por la propuesta presentada por la presidencia danesa de la UE, que plantea una subida significativa de los impuestos sobre el tabaco calentado. El cambio más relevante pasa de un gravamen inicial de 155 euros por kilo a 360 euros por kilo, además de fijar un mínimo obligatorio del 55% del precio de venta al público.

El impuesto dejaría de calcularse por unidad para aplicarse por peso, lo que encarecería cada paquete en torno a 1,80 euros en España.

La reforma busca armonizar la fiscalidad en toda la Unión y avanzar hacia los objetivos del Plan Europeo contra el Cáncer, que aspira a una generación libre de humo en 2040. Sin embargo, esta equiparación fiscal entre productos de combustión y otros considerados de menor riesgo ha generado un fuerte rechazo en parte del sector y entre expertos en reducción de daños.

El impacto económico y laboral del tabaco en el epicentro extremeño

El peso del tabaco de Extremadura se mide, sobre todo, en términos de empleo y cohesión territorial. La actividad tabaquera sostiene de forma directa e indirecta alrededor de 61.500 empleos en España, con una concentración clave en las comarcas de Campo Arañuelo, La Vera, Talayuela y Navalmoral de la Mata.

Cabe remarcar que en estas zonas, el tabaco es uno de los pocos cultivos capaces de generar rentas estables y fijar población.

El impacto económico total del sector en la región alcanza los 126 millones de euros, con 69 millones de valor añadido solo en el cultivo y la primera transformación de la hoja. La rentabilidad por hectárea ronda los 14.000 euros, una cifra muy superior a la de otros cultivos extensivos como el olivar o el maíz, lo que explica su papel estratégico dentro del tejido agrario extremeño.

Además, el empleo asociado al tabaco presenta rasgos diferenciales: una elevada estabilidad laboral, con una permanencia media de 19 años en las explotaciones, un 69% de contratos indefinidos y una destacada presencia femenina cercana al 46%.

Estos datos refuerzan la idea de que el tabaco no solo genera volumen económico, sino también empleo estructural en el medio rural.

Exportaciones, competitividad y riesgo de contrabando del producto más exportado de Extremadura

La orientación exterior ha sido clave para la supervivencia del sector tras la desaparición de ayudas vinculadas al cultivo.

Y es que el tabaco extremeño mantiene cifras estables desde hace más de una década gracias a incrementos de productividad y a su integración en cadenas de valor internacionales, canalizadas a través de tres grandes compañías multinacionales con sede en España.

La subida fiscal propuesta amenaza este equilibrio. El encarecimiento del tabaco calentado puede reducir la demanda internacional y afectar directamente a las exportaciones del producto más exportado de Extremadura.

A ello se suma el riesgo de pérdida de competitividad frente a terceros países y el posible aumento del contrabando, un fenómeno ya observado en otros mercados europeos tras incrementos impositivos similares.

Expertos y representantes de varios Estados miembros del sur advierten de que una fiscalidad excesiva puede tener efectos contrarios a los buscados, desviando el consumo hacia el mercado ilícito y reduciendo los ingresos públicos, además de dañar economías rurales altamente dependientes de este cultivo.

Un debate que trasciende lo fiscal

La discusión abierta en Bruselas no se limita a una cuestión tributaria. El futuro del tabaco extremeño se sitúa en el cruce entre salud pública, economía rural y política industrial europea.

Más de 80 expertos internacionales han cuestionado la equiparación fiscal entre productos con perfiles de riesgo distintos, mientras que organizaciones sanitarias defienden la reforma como una herramienta de prevención.

Así, en Extremadura, el debate adquiere una dimensión territorial. El tabaco no es solo un cultivo, sino un elemento vertebrador que sostiene empleo, industria y exportaciones.