Naturaleza
Animales

Estos caballos salvajes viven en el desierto y son los más aislados del mundo: los expertos desconocen su origen

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Estos caballos residen en el desierto del Namib, al sur de Namibia, y aunque no son salvajes en sentido estricto, ya que provienen de animales domesticados, se han convertido en una población independiente desde hace más de un siglo.

Su origen exacto, sin embargo, sigue siendo motivo de debate entre historiadores y biólogos.

Origen desconocido de los caballos salvajes del Namib: teorías y hallazgos científicos

Una de las teorías más sólidas vincula su linaje con los establos de dos colonos alemanes: Hansheinrich von Wolf, en Duwisib, y Emil Kremplin, en Kubub. Se sospecha que caballos pertenecientes a estas granjas fueron liberados o escaparon durante los disturbios de la Primera Guerra Mundial, estableciéndose después en las cercanías de Aus, donde hallaron fuentes naturales de agua.

Esta hipótesis ha sido respaldada por estudios genéticos y por el trabajo del historiador Walter Rusch y el conservacionista Mannfred Goldbeck.

Otra teoría apunta a los caballos del ejército colonial alemán (las Schutztruppe) que quedaron abandonados tras la retirada ante las tropas sudafricanas en 1915. Se estima que más de mil ejemplares huyeron al desierto tras un ataque aéreo, agrupándose con otros caballos dispersos.

Una versión menos aceptada habla de un naufragio cerca del río Orange, del cual algunos caballos habrían sobrevivido para formar la base de esta población equina.

Adaptaciones de los caballos salvajes del Namib para sobrevivir en un ambiente desértico

Los llamados caballos salvajes del Namib han desarrollado notables adaptaciones para sobrevivir en un entorno hostil. Estos animales son capaces de resistir hasta 72 horas sin agua en invierno y más de 30 en verano. Ya han desarrollado la capacidad para tenerte agua, lo que les permite afrontar mejor el peligro de deshidratación.

Por otra parte, hay que destacar que estos mamíferos son de complexión atlética, miden entre 1,45 y 1,60 metros y presentan un fenotipo uniforme, predominando los tonos castaños. No obstante, también puedes encontrar algunos negros o con rayas en el lomo.

Su comportamiento también refleja una adaptación al medio. Las manadas, formadas por uno o dos machos, y hasta veinte yeguas con sus potros, limitan sus desplazamientos para conservar energía.

Las jerarquías no suelen provocar peleas graves, y las hembras eligen a los reproductores. La prohibición de acceso a ciertas áreas, debido al hallazgo de diamantes en 1908, protegió indirectamente a estos caballos, permitiéndoles desarrollarse sin presiones humanas durante décadas, según Info-Namibia.

Conservación y amenazas para los caballos salvajes más aislados del mundo en Namibia

Actualmente, su número ronda entre 250 y 300 individuos, aunque ha oscilado drásticamente por las sequías y la presión de depredadores como las hienas moteadas.

En 2018, la población se redujo a apenas 80 ejemplares, una cifra crítica. Gracias a la intervención de la Namibia Wild Horses Foundation y el Ministerio de Medio Ambiente, su situación ha mejorado, pero su estabilidad sigue siendo frágil.

El turismo ecológico ha sido un factor decisivo para su protección. Desde un refugio cerca de Garub, los visitantes pueden observar a estos caballos únicos, cuya mera existencia en uno de los entornos más duros del mundo continúa despertando asombro y admiración.