Cómo la acción colaborativa y la innovación pueden preservar el agua

El deshielo de los glaciares es una de las consecuencias más visibles del cambio climático

La anticipación y la innovación son los ejes de actuación prioritarios para impulsar la transformación ecológica y preservar los recursos hídricos

Cómo la acción colaborativa y la innovación pueden preservar el agua
Los efectos del cambio climático son ya una realidad, con impacto directo en los glaciares.

Los efectos del cambio climático se imponen sobre el ciclo del agua alterando su equilibrio global. El retroceso de las grandes masas glaciares no sólo afecta a regiones circundantes, sino también a áreas remotas, manifestándose a través de fenómenos como la subida del nivel del mar, crecidas, sequías y deslizamientos de tierra.

Naciones Unidas ha declarado 2025 como el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares, convirtiendo este tema en el eje del Día Mundial del Agua que se celebra hoy 22 de marzo. Su propósito es concienciar sobre una gran evidencia: la correlación entre las emisiones de gases efecto invernadero y el ritmo de derretimiento de las grandes masas de hielo del planeta.

En la propia Península Ibérica estamos asistiendo a un proceso acelerado de deglaciación en los últimos años. Los aumentos de temperatura registrados desde 2010 han precipitado el deshielo de los glaciares pirenaicos, uno de los pocos vestigios que quedan ya de esta formación geológica en el Sur de Europa. Se prevé que la completa desaparición de las masas de hielo se dará a mediados de siglo, si no antes.

Ante este escenario, Naciones Unidas remarca la importancia de actuar contra el cambio climático para proteger a los ecosistemas y a las comunidades. Las regiones costeras y las estacionalmente secas serán las más afectadas por la menor disponibilidad de recursos hídricos, por lo que resulta esencial adoptar medidas innovadoras para hacer frente a la escasez de agua.

Innovar para acelerar la transformación

Ya no se trata sólo de definir estrategias a largo plazo para paliar los efectos de la crisis climática, sino de llevar a cabo actuaciones que ofrezcan soluciones ahora. Veolia, como referente internacional en la gestión optimizada del agua, la energía y los residuos, ha identificado las claves de esta necesidad, estableciendo cuatro ejes de acción prioritarios en su plan estratégico GreenUp para 2024-2027: la circularidad, la resiliencia, la descarbonización y el desarrollo digital. Estos pilares se concretan además en iniciativas que ya se están implementando en la actualidad, demostrando la solidez del compromiso de sostenibilidad de la compañía, a través de proyectos pioneros en materia ambiental.

Las ecofactorías son un modelo que revoluciona el concepto de depuradora tradicional, donde la regeneración del agua residual es clave para su propio funcionamiento y también para preservar el entorno y la biodiversidad local. De este modo, su agua regenerada se destina a nuevos usos agrícolas, urbanos, turísticos e industriales; y sus residuos se convierten en nuevos recursos como biogás o fertilizantes.

En Granada, la ecofactoría BioSur ha impulsado la descarbonización de la ciudad.

Un ejemplo de referencia es la ecofactoría BioSur de Granada, que en base a un acuerdo de colaboración público-privado entre Veolia y el Ayuntamiento de Granada, ha promovido la descarbonización del ciclo integral del agua en la ciudad. Esta ecofactoría demuestra la eficiencia de la economía circular aprovechando los recursos, generando energía renovable, recuperando materiales de valor y minimizando los residuos. La aplicación de tecnologías novedosas en sus procesos, como el uso de inteligencia artificial, big data o machine learning, ha conseguido reducir la huella de carbono en la gestión del agua de Granada.

Por otra parte, el conocimiento científico cobra gran importancia en la conservación de los recursos hídricos y el medio ambiente. El Centro Tecnológico del Agua de Veolia, Cetaqua, realiza innovadoras propuestas de I+D+i para potenciar la eficiencia del ciclo del agua y la resiliencia de las infraestructuras. ICARIA es uno de esos proyectos en los que Cetaqua ha volcado toda su experiencia para ampliar los márgenes de actuación frente al desafío climático. Forma parte del programa Horizon Europe de la Comisión Europea, y propone un marco de modelización de infraestructuras críticas estratégicas para aumentar su resistencia frente a las inclemencias meteorológicas extremas. ICARIA probará sus soluciones para la resiliencia en zonas europeas especialmente afectadas por los impactos climáticos severos: el Área Metropolitana de Barcelona, el Archipiélago del Egeo Meridional en Grecia y Salisburgo en Austria, cuyos glaciares se están derritiendo debido a la intensidad de las olas de calor que sufre este territorio.

La anticipación, factor determinante ante el desafío climático

Ante un escenario en el que las consecuencias del cambio climático son ya una realidad con clara manifestación en nuestro entorno más cercano, como la virulencia de algunos episodios de DANA o la prolongación de los periodos de sequía, resulta determinante adoptar una visión a largo plazo y apostar firmemente por la innovación. Veolia construye estrategias que permiten adelantarse a los acontecimientos, impulsando la digitalización, la economía circular, la descarbonización y las alianzas público-privadas. Este enfoque es el que permite desarrollar infraestructuras resilientes y sostenibles, con capacidad de anticipación ante eventos meteorológicos extremos.

El grupo no sólo se alinea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6, agua limpia y saneamiento para todos, sino también con otros ODS en los que este recurso esencial para la vida juega un papel transversal. Resulta primordial reforzar día a día el compromiso ambiental de las instituciones, las empresas y la ciudadanía para preservar los recursos hídricos del planeta, proteger a las comunidades y avanzar hacia la transformación ecológica de los territorios.

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