Mundial de Qatar 2022

Tres minutos de furia de Mbappé revientan a Australia

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Mbappé celebra su gol en el partido contra Australia. (AFP)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
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  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Kylian Mbappé anotó un gol y dio una asistencia en su debut en el Mundial en el que está destinado a coronarse como rey del mundo del fútbol. El delantero francés mostró dos caras en el Al Janoub Stadium, como si fuese el Doctor Jekyll y Mister Hyde.

En la primera mitad, vimos a un Kylian precipitado e individualista mostrando una cara muy alejada del crack que asombró al mundo en 2018.  El paso de los años ha provocado que las virtudes de la estrella del PSG queden solapadas por unos defectos cada vez más evidentes cuando no es protagonista.

En la segunda mitad, Mbappé apareció para rematar a Australia con tres minutos de auténtica locura. El jugador anotó tras un pase medido de Dembélé para ajustar con la cabeza el 3-1. Dos minutos después cabalgó como un rayo para dar a Giroud el segundo gol de su cuenta en el Mundial.

Mbappé se las tuvo tiesas en la primera mitad con un completo desconocido como Nathaniel Atkinson, quien juega como lateral diestro en la liga escocesa. El delantero estaba incómodo porque quería coger la responsabilidad del lesionado Benzema y le intentó imitar acudiendo a zonas poco frecuentes para él y entorpeciendo en cierta medida la fluidez en el juego de su equipo.

Ansiedad de Mbappé

A Mbappé le puso nervioso el gol de Australia, pero todavía más ver que Francia remontaba en la primera mitad sin incidencia de su cuenta en las jugadas de gol. Rabiot y Giraud levantaban a la parroquia, mientras Kylian empezaba incluso a hacer aspavientos para que le buscasen en todas las jugadas.

En una de esas fue cuando Griezmann, al borde del descanso, le puso un caramelo con el exterior que sólo tenía que empujar al fondo de las mallas. Mbappé se precipitó en un gol cantado mandándola alta cuando tenía la portería a cuatro metros.

El mensaje después del descanso fue claro para los integrantes del equipo de Deschamps: balones a Mbappé. El delantero tardó en desbordar, pero una vez que cogió la velocidad de crucero fue imparable para una defensa australiana que no tenía herramientas suficientes para detener a un futbolista con infinidad de recursos técnicos.

El mundo pudo ver lo mejor y lo peor de un Mbappé al que no le valdrá con dos chispazos en encuentros de más enjundia. El delantero hizo una buena tarjeta de presentación en una jornada en la que su compañero Leo Messi no terminó de estar a la altura de las expectativas. La carrera por ser el mejor del Mundial ya ha comenzado y Kylian ya tiene un par de cuerpos de ventaja.

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