El Serbia – Suiza ha sido uno de los partidos más calientes de este Mundial de Qatar. No solamente estaba el pase a octavos en juego, la guerra de los balcanes y Kosovo estaban presentes en un duelo lleno de componentes políticos. El encuentro tuvo tangana entre ambas plantillas y celebraciones provocativas mandando callar al rival por parte de los dos equipos.

Era más que un partido de fútbol para serbios y suizos. Para Serbia, Kosovo sigue siendo parte de su país. Y en Suiza, Shaquiri y Xhaka son de origen albano-kosovar y ahí es donde se enciende la llama. Un conflicto político que viene de muy atrás y que resurge en este partido entre ambas selecciones.

El propio Shaquiri fue el encargado de anotar el primer gol del partido y mandó callar a los serbios. Poco después, Serbia remontó y fue Vlahovic quién mandó callar a los suizos. Eran retos constantes y con tensión incluso en las gradas con las aficiones.

Ya cerca del final, con Suiza por delante, el banquillo serbio le dijo algo a Xhaka y este respondió con una provocación que encendió al banquillo serbio y provocó que invadieran parte del terreno de juego iniciando una tangana que por muy poco no terminó en pelea. El colegiado argentino zanjó el tema con varias tarjetas, diez en total entre los dos equipos, en un partido repleto de faltas. 31 infracciones hubo en el duelo más caliente del Mundial.

En el tiempo de descuento, el partido se descontroló con una tangana final. Xhaka y Milinkovic Savic se enzarzaron en una pelea mientras el resto intentaba entre separar y empujar. El encuentro estaba muy caliente y las provocaciones e insultos no paraban. Suiza celebró su pase a octavos con gran euforia sobre el césped antes de darle la mano al rival en un duelo lleno de tensión.