El motivo por el que todo el mundo está tapando los retrovisores del coche con bolsas de plástico

• Janire Manzanas
• Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.
• • 12/06/2025 11:00
  • Actualizado: 12/06/2025 11:00

Cada vez es más habitual ver ciertas prácticas en las calles que, a primera vista, pueden parecer un tanto extrañas, pero que esconden una lógica bastante sensata. Una de ellas, que ha llamado la atención de muchos usuarios en redes sociales, es la de colocar bolsas de plástico sobre los retrovisores del coche. Puede parecer un gesto improvisado o sin sentido, pero hay una serie de razones que explican su creciente popularidad.

En lugares donde hace mucho frío durante el invierno, como en muchas zonas de España, los conductores buscan soluciones ingeniosas para proteger sus coches sin gastar una fortuna. Y aunque existen productos específicos para cada necesidad, no todos están dispuestos a invertir en ellos. Por eso, algunos optan por métodos caseros, como cubrir los retrovisores con una bolsa. Puede parecer una medida improvisada, pero lo cierto es que responde a una serie de problemas muy reales, desde evitar que se congele el espejo hasta prevenir el vandalismo o el robo.

El truco más sorprendente para proteger lo retrovisores del coche

Cuando bajan las temperaturas, una de las primeras partes del coche que se ven afectadas son los retrovisores. La humedad, el hielo e incluso la escarcha pueden adherirse a la superficie del espejo, reduciendo significativamente la visibilidad. Esto no sólo afecta a la conducción, sino que además obliga al conductor a dedicar tiempo extra para retirar el hielo con métodos poco delicados que, a la larga, pueden deteriorar los espejos. Al cubrirlos con una bolsa, ese problema desaparece casi por completo.

Asimismo, aunque muchos no lo saben, este gesto también puede tener un efecto preventivo frente a posibles robos. En algunas ciudades donde los coches pasan horas o días sin moverse, los ladrones buscan señales de abandono. Un coche aparentemente «olvidado» puede convertirse en blanco fácil para el robo de espejos o piezas electrónicas.

El hecho de ver bolsas en los retrovisores puede indicar a los ladrones de que el vehículo está controlado, que alguien lo vigila o lo utiliza con frecuencia. Aunque no sea una garantía de seguridad absoluta, muchos conductores aseguran que este detalle puede ayudar a disuadir a quienes andan buscando objetivos fáciles.

El retrovisor, que parece una pieza menor del coche, es en realidad mucho más complejo de lo que parece. Actualmente, no se trata simplemente de un espejo: en muchos modelos modernos incluye sensores, calefacción, motores eléctricos, indicadores LED e incluso cámaras integradas.

Un gesto habitual en el norte de Europa

Este truco para proteger los retrovisores del coche no es exclusivo de España. En países del norte de Europa, donde el frío es intenso durante muchos meses, los conductores utilizan desde mantas para el parabrisas hasta fundas especiales para cerraduras, pasando por cubiertas para retrovisores. Lo interesante es que muchas de estas prácticas han sido adoptadas en otras regiones por su efectividad y bajo coste.

Con el paso del tiempo, estas ideas se van adaptando y reinventando. Lo que antes era exclusivo de climas extremos hoy encuentra sentido también en ciudades con problemas de contaminación, aves, polvo o vandalismo. La clave está en observar lo que realmente funciona y adaptarlo al entorno en el que vivimos.

Otra ventaja de este truco es su facilidad de uso. No hace falta ser un experto ni tener herramientas especiales. Simplemente, se cubre cada retrovisor con una bolsa de tamaño mediano, se ajusta con una goma, cinta o incluso se ata el asa, y listo. Al momento de conducir, se retira y se guarda.

A veces, cuidar un vehículo no implica grandes gastos, sino prestar atención a los pequeños detalles. Acciones como cubrir los retrovisores, evitar estacionar bajo árboles o limpiar con regularidad los cristales son gestos que, aunque parecen menores, tienen un impacto significativo en la vida útil del coche.

La filosofía detrás de este tipo de trucos caseros es la misma que la de nuestras abuelas cuando usaban fundas para los sofás o tapaban el televisor por las noches: cuidar lo que tenemos para que dure el mayor tiempo posible.

¿Cómo serán en el futuro?

Los retrovisores del futuro están llamados a dejar atrás el concepto tradicional de espejo. En su lugar, serán sustituidos por sistemas de cámaras digitales de alta resolución que proyectarán las imágenes en pantallas ubicadas dentro del vehículo. Además, estos sistemas incorporarán inteligencia artificial para analizar en tiempo real lo que ocurre alrededor del coche. Así, podrán detectar peatones, ciclistas o vehículos en movimiento y alertar al conductor mediante gráficos, colores o sonidos.

Algunos modelos integrarán visión nocturna o térmica para aumentar la seguridad durante la noche o en situaciones de baja visibilidad. Incluso se habla de retrovisores con realidad aumentada que proyecten señales directamente sobre la imagen. En conjunto, los retrovisores del futuro no serán simples espejos, sino asistentes inteligentes que acompañarán al conductor en cada maniobra, anticipándose a peligros y haciendo la conducción más segura y eficiente.