Ni azul ni blanco: éste es el color de coche que más para la Guardia Civil en un control
Éste es el significado de la señal más rara de las carreteras
Este gesto con los warning cuando aparcas en doble fila puede costarte caro
El truco de los mecánicos para que pagues más en el taller

Con la llegada del verano, y el aumento del tráfico en las carreteras españolas, la Dirección General de Tráfico (DGT) intensifica sus operativos de vigilancia. Es habitual que durante esta época se multipliquen los puntos de control para revisar desde el estado mecánico de los vehículos hasta la documentación de los conductores, pasando por las pruebas de alcoholemia. Estas medidas buscan garantizar una mayor seguridad vial ante la avalancha de desplazamientos que se producen en estas fechas, donde muchos aprovechan sus vacaciones para viajar por carretera. Pero más allá de los motivos oficiales para detener a un coche, existen ciertos detalles, a veces insospechados, que pueden influir en la elección de los vehículos a los que la Guardia Civil decide parar.
Cuando pensamos en los controles rutinarios de la Guardia Civil en las carreteras, solemos imaginar que los agentes seleccionan vehículos de forma aleatoria o basándose en criterios estrictamente técnicos, como exceso de velocidad, estado visible del vehículo o comportamiento sospechoso. Sin embargo, la realidad es que la elección no siempre es tan matemática. De hecho, un factor visual y psicológico, como el color del coche, puede jugar un papel relevante en la selección de los coches que se paran para un control más exhaustivo.
El color como factor inesperado en los controles
Un Guardia Civil, que prefiere mantener el anonimato, ha revelado en un foro especializado que, aunque no se trata de una regla oficial ni escrita, algunos colores de coches «llaman más la atención» y por tanto, tienen más probabilidades de ser interceptados, como el amarillo. No un amarillo cualquiera, sino un amarillo muy intenso, llamativo y poco común. Estos coches suelen ser modelos deportivos que, en décadas pasadas, gozaron de gran popularidad , y que ahora destacan precisamente por lo inusual.
En segundo lugar, aparece el rojo, otro color que históricamente se ha asociado con vehículos deportivos y que, por su intensidad, también resulta muy visible en carretera. Finalmente, aunque en menor medida, el color negro también figura entre los que más atraen la atención de los agentes, sobre todo por el contraste que genera en determinadas condiciones de luz y su relación con vehículos de gama alta o de imagen más «elegante».
El amarillo: el imán visual para la Guardia Civil
No es casualidad que el amarillo encabece esta lista de colores que más paradas provocan. Este color, conocido como «amarillo pollo» o «amarillo chillón», estuvo muy de moda en los años 90 y principios del siglo XXI. Su luminosidad hace que estos coches sean perfectamente visibles desde lejos, lo que paradójicamente no siempre se traduce en mayor seguridad, sino que puede provocar que llamen demasiado la atención.
Según explican los propios agentes, el hecho de que un vehículo destaque visualmente hace que el conductor «se note más», algo que en la lógica de un control puede interpretarse como un motivo para realizar una inspección más a fondo. A esto se suma que muchos coches de ese color están asociados con conductores jóvenes o con un perfil más «arriesgado» al volante, lo que lleva a que los agentes pongan especial atención en ellos.
Además, el color amarillo tiene la ventaja de ser uno de los más fáciles de distinguir en diferentes condiciones de luz, lo que ayuda a los agentes a identificar rápidamente a estos coches durante un control. En definitiva, un coche amarillo es un imán visual para la Guardia Civil.
El rojo, el color de los coches deportivos
El rojo es un color que ha estado tradicionalmente asociado con coches deportivos Su intensidad lo convierte en uno de los tonos más visibles y reconocibles en la carretera. No es raro que estos vehículos sean objeto de mayor atención por parte de la Guardia Civil, tanto en controles rutinarios como en operativos de tráfico específicos.
Sin embargo, hay una paradoja interesante: pese a que los coches rojos suelen llamar más la atención y a menudo se detienen más en los controles, también son los que, en términos generales, tienen menos accidentes. Esto se debe a que la visibilidad que ofrecen hace que el resto de los conductores los detecte con facilidad, lo que puede ayudar a evitar colisiones. Además, los conductores de coches deportivos suelen tener mayor conciencia del riesgo y, por lo tanto, una actitud más prudente en carretera.
El negro, la elegancia que también destaca
Aunque no es tan llamativo como el amarillo o el rojo, el color negro también figura entre los colores que la Guardia Civil considera «populares» a la hora de elegir coches para controles. Este color está muy extendido en vehículos de gama, lo que puede hacer que los agentes muestren mayor interés en estos coches durante la inspección.
El negro tiende a resaltar especialmente de noche o en condiciones de poca luz, cuando puede generar contrastes marcados que llaman la atención de los agentes. Además, se asocia con una imagen de coche «serio», lo que puede hacer que la Guardia Civil preste más atención a los vehículos negros en busca de conductores que puedan estar infringiendo las normas.
Temas:
- Coche
- Guardia Civil
- Vehículos