Mito o realidad: todo lo que hay que saber sobre la prohibición de los diésel o gasolina en 2023

Todavía hay incertidumbre respecto al futuro de los motores de combustión y de los eléctricos.

  • Juan Carlos Acero
  • Desde 2014 especializado en la redacción de contenidos y el marketing. Me encanta escribir sobre automoción y el mundo de la empresa. En mi carrera como redactor he escrito para multitud de medios especializados.

Existen diversos temas que generan inseguridad en los conductores y en la industria del automóvil, como la prohibición de los motores de combustión para 2035, además de la famosa normativa Euro 7 y los cambios de opinión de la Unión Europea que han ido descolocando a los fabricantes y compradores, que tienen dudas sobre qué clase de vehículo adquirir ante esta situación.

Una situación compleja

El lío que hay en el sector de la automoción se debe a la gran alternativa de mecánicas que se vislumbran en el horizonte. Hablamos unos vehículos híbridos, híbridos enchufables, eléctricos o los de pila de combustible.

De la misma manera, la confusión se produce por los diferentes comunicados que provienen de las instituciones de Europa y de las de los propios países, que suelen cambiar a menudo de opinión.

Todo ello hace que termine por frenar las compras de coches nuevos en el futuro, con independencia de la tecnología que utilicen, puesto que los compradores en el futuro no saben bien cuál puede ser la más adecuada.

Al mismo tiempo, los coches siguen cumpliendo años, puesto que el parque móvil termina por no renovarse.

Con esta estrategia se busca que los automóviles que funcionan con gasolina y diésel terminen desapareciendo de las carreteras de la U.E. Ello permitirá que se puedan cumplir los objetivos a nivel medioambiental.

La información que ya conocemos

Si hablamos de certezas, el Parlamento Europeo aprobó y firmó que la venta de coches de combustión estará prohibida en 2035. Una iniciativa que se presentó hace 3 años y que busca la reducción de un 55% de las emisiones nocivas para el medioambiente.

Existen, no obstante, algunas excepciones. Las marcas que vendan pequeñas cantidades (hasta 10.000 turismos o 22.000 furgonetas nuevas) van a tener hasta finales de 2035 para que se adecúe la flota.

Estarán exentas las compañías que vayan a matricular cantidades menores a un millar de coches al año.

Los problemas se produjeron después de que se aprobó en el Parlamento y cuando el propio texto terminó por pasar al Consejo, que tuvo que ser aprobado por los 27 estados miembros. En ese momento, Alemania e Italia, así como otros estados, se mostraron en desacuerdo.

La parte italiana quiso excluir de las restricciones a Lamborghini y Ferrari, Por eso se le llamó «Enmienda Ferrari», la cual quiere sacar de esa prohibición a los vehículos de reducida producción.

En el caso alemán, se pidió que la Unión Europea permita que se utilicen combustibles sintéticos, puesto que hay fabricantes alemanes como Porsche que trabajan en este campo.

Con dichas propuestas, Bruselas lo que hizo fue ceder, de tal manera que desde Alemania votaron afirmativo a las prohibiciones.

Mientras llega 2035, la Comisión Europea cuenta en su agenda con la reducción progresiva de emisiones con una serie de umbrales más estrictos, mediante la normativa Euro 7.

Bastantes de los actores, en este sentido, se negaron a la nueva norma, puesto que habría que gastar mucho dinero para la adaptación de los vehículos a estos requisitos nuevos, de tal forma que aumenten los costes y precio final.

Paralelamente, de invertir en la adaptación de los coches a la Euro 7 se va a ver obstaculizada la misión del desarrollo del coche eléctrico que se ha planteado como una solución ideal.

Todo esto hizo que desde la Unión Europea tuviesen que reducir las exigencias respecto a la Euro 7 y una entrada en vigor que pasa de ser en 2025 a 2027.

Han sido muchas las confusiones y comunicados varios, con diferentes opiniones positivas y negativas contra la norma de prohibir los coches de gasolina y diésel para 2035. Una de las voces más beligerantes han sido desde el Partido Popular Europeo, que propuso darle la vuelta a la norma.

Los parlamentarios populares criticaron la denominada «ideología de la prohibición» por parte de la Comisión Europea y desea revisar la ley.

Ellos rechazan este tipo de políticas que prohíben los motores de combustión y buscan revisarla lo antes que sea posible.

El mundo de la automoción es optimista

Hay otros sectores del mundo de la automoción que tienen un optimismo mayor y creen que hay la opción de que los motores tradicionales existan más allá de 2035.

Ejecutivos como el director financiero de la marca Porsche, Lutz Meschke, dejó caer que las ventas de vehículos nuevos con motores de combustión pueden seguir en la Unión Europea luego de la fecha fijada en la UE.

Para Meschke existen bastantes discusiones en la actualidad sobre cuándo será el fin del motor de combustión, algo que puede terminar retrasándose.

De igual forma, el presidente de Toyota, ha manifestado que los motores de combustión van a seguir existiendo en el futuro y que desde su firma van a seguir produciéndolos.

Así que todo no está claro, a pesar de las decisiones que se toman en la Unión Europea. Al final, como siempre, la industria automovilística y los usuarios van a ser los más perjudicados por esta incertidumbre.