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Pocas cosas han cambiado tanto en la percepción social como fumar. Lo que hace unas décadas era una imagen habitual ,hoy genera rechazo en numerosos contextos. Sin embargo, el coche sigue siendo, para muchos, un espacio «personal» donde se mantiene la costumbre de fumar. Pero atención: aunque la ley no prohíbe expresamente fumar al volante, hacerlo podría costarte caro si se considera una distracción o un riesgo para la conducción segura, según la normativa de la DGT.
Las campañas del organismo dirigido por Pere Navarro en los últimos años han girado en torno a un mensaje claro: la distracción puede ser fatal. Y fumar, aunque a menudo se percibe como un gesto rutinario, es una distracción. Basta una chispa, una colilla mal apagada o un segundo de vista apartada para que se desencadene un accidente.
¿La DGT prohíbe fumar al volante?
Legalmente, fumar dentro del coche no está prohibido de manera directa ni explícita. No existe en la normativa de tráfico una ley que diga que «no se puede fumar conduciendo». Por lo tanto, la clave está en cómo esto afecta a la conducción. Según el artículo 18 del Reglamento General de Circulación, todo conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimiento, el campo de visión despejado y una atención permanente a la conducción.
Si fumar interfiere en cualquiera de estos tres aspectos (ya sea al encender el cigarro, sostenerlo, manipularlo o por el humo que se genera), entonces sí puede haber una sanción. Y estas no son simples advertencias: en muchos casos, las multas pueden alcanzar hasta 200 euros.
Asimismo, aunque la ley no persigue el acto de fumar en sí, sí contempla diversas situaciones asociadas al tabaquismo que pueden derivar en infracciones por conducción negligente o peligrosa. Estos son algunos ejemplos:
- Encender el cigarrillo mientras se conduce: este gesto, aparentemente inofensivo, implica apartar la vista de la carretera durante varios segundos y manipular objetos. Estudios de la propia DGT calculan que encender un cigarro puede llevar entre 4 y 5 segundos, lo suficiente para recorrer más de 100 metros a una velocidad media, sin control efectivo del vehículo.
- Sujetar el cigarro o fumar mientras se conduce: si el cigarro en la mano impide una maniobra rápida o compromete el control del vehículo (por ejemplo, al girar el volante o cambiar de marcha), puede considerarse una distracción o una pérdida de control parcial del coche.
- Humo que reduce la visibilidad: en espacios cerrados como el habitáculo de un coche, especialmente si está mal ventilado, el humo puede dificultar la visibilidad y crear una situación de conducción peligrosa.
- Arrojar colillas por la ventanilla: por un lado, constituye una infracción de tráfico grave por poner en riesgo a otros usuarios de la vía. Por otro, según el Ministerio para la Transición Ecológica, el 3% de los incendios forestales en España son provocados por colillas lanzadas desde coches. En este caso, la multa puede ascender hasta los 500 euros y la retirada de 6 puntos del carnet de conducir.
Menores y embarazadas
Una de las grandes preguntas es si fumar con menores o embarazadas dentro del coche implica algún tipo de sanción. Por el momento, no existe ninguna ley nacional que prohíba esta práctica, ni tampoco está contemplada en el Reglamento General de Circulación.
Sin embargo, diversos colectivos médicos, asociaciones de salud pública y ONGs han señalado este vacío legal como una gran contradicción. La exposición al humo del tabaco en espacios reducidos, como el interior de un coche, es especialmente peligrosa para niños y mujeres embarazadas. En muchos países europeos (como Reino Unido, Italia o Francia) esta acción sí está prohibida y conlleva sanciones.
En España, el Ministerio de Sanidad llegó a incluir esta prohibición en el borrador del nuevo Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, pero finalmente se descartó antes de su aprobación. Aun así, esta medida podría retomarse en el futuro, dada la creciente presión social y el consenso entre expertos sobre los riesgos del humo pasivo.
En resumen, fumar en el coche no es ilegal, pero puede ser motivo de sanción. Todo depende del contexto. Si se hace sin comprometer la seguridad vial y sin poner en riesgo al resto de usuarios, es probable que no haya problema. Pero si fumar se convierte en una distracción o genera consecuencias sobre la conducción, entonces sí se incurre en una infracción sancionable.
La DGT insiste en que fumar no es excusa para descuidar la conducción. Aunque muchas personas consideran el coche una extensión de su espacio privado, la realidad es que, al ponerse al volante, se está compartiendo la vía con miles de usuarios que dependen también del comportamiento responsable de los demás conductores. En ese contexto, cualquier acto que pueda afectar a la concentración, la visibilidad o el entorno debe valorarse con una actitud consciente, cívica y comprometida con la seguridad vial de todos.
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