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Los veterinarios piden que hagamos esto de forma urgente para proteger a nuestros perros

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Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Cuando llega el verano, nuestras mascotas suelen disfrutar más del tiempo al aire libre: paseos, juegos y momentos de descanso bajo el sol. Sin embargo, a pesar de que estos días parecen perfectos para ellos, en realidad esconden ciertos peligros que muchos dueños desconocen. Uno de los riesgos más importantes, y que a menudo se pasa por alto, es la temperatura del suelo. Caminar sobre superficies calientes puede causar graves daños en las delicadas almohadillas de los perros, provocándoles quemaduras muy dolorosas.

Por eso, veterinarios de todo el mundo insisten en la importancia de tener cuidado en esta época del año. No basta con ofrecerles agua fresca y sombra; también es importante cuidar el contacto que tienen sus patas con el suelo. Conocer cómo evaluar la temperatura del pavimento y qué medidas adoptar puede evitarles sufrimientos innecesarios y garantizar que disfruten del verano de manera cómoda y segura.

¡Cuidado con las almohadillas del perro en verano!

La combinación del sol intenso y ciertas superficies, como el asfalto, el cemento o incluso la arena, puede elevar la temperatura hasta niveles que resultan insoportables para las patas de los animales, las cuales son sensibles y están formadas por tejidos que, aunque resistentes, no están diseñados para soportar temperaturas extremas.

Cuando un perro camina sobre una superficie caliente, como asfalto, cemento o arena al sol, sus almohadillas pueden sufrir daños graves. El contacto  con el calor puede provocar quemaduras de primer o segundo grado, generando ampollas, enrojecimiento, agrietamiento e incluso heridas abiertas. Además del dolor intenso, estas lesiones se pueden infectar si no se tratan a tiempo. En casos más severos, el perro puede negarse a caminar, cojear o lamerse constantemente las patas.

Una de las recomendaciones más sencillas y efectivas que ofrecen los veterinarios es utilizar la palma de la mano para comprobar la temperatura del suelo antes de sacar al perro a pasear. Coloca la mano durante cinco segundos sobre la superficie y evalúa si está demasiado caliente.

Este método puede parecer básico, pero es muy práctico y evita riesgos innecesarios. Además, es importante repetir esta prueba en diferentes zonas y a distintas horas del día, ya que la temperatura del suelo puede variar considerablemente dependiendo de la exposición solar y la hora.

Superficies que representan mayor riesgo

El asfalto es una de las superficies más peligrosas, ya que absorbe y retiene el calor durante mucho tiempo. En verano, su temperatura puede alcanzar más de 50 grados centígrados, lo que es suficiente para causar quemaduras severas. Las aceras de cemento, aunque generalmente no se calientan tanto como el asfalto, también pueden alcanzar temperaturas elevadas y lastimar las patas.

La arena, especialmente en playas o parques, es otro terreno que requiere especial atención. Aunque puede parecer menos agresiva, la arena expuesta al sol directo puede quemar las almohadillas, además de contener objetos punzantes como conchas o piedras calientes. Por eso, antes de dejar que el animal corra o camine libremente por estos sitios, es fundamental comprobar la temperatura y el estado del suelo.

Consejos prácticos

Durante los días más calurosos del verano, es fundamental prestar atención al cuidado de las patas de nuestros perros. Aunque muchas personas creen que sus mascotas están preparadas para soportar cualquier tipo de terreno, lo cierto es que sus almohadillas pueden dañarse seriamente al entrar en contacto con superficies demasiado calientes.

Una de las primeras medidas es evitar sacar a pasear a los perros en las horas donde el sol pega con más fuerza, generalmente entre las 11:00 y las 17:00 horas. En ese horario, el asfalto y otras superficies pueden alcanzar temperaturas extremas capaces de provocar quemaduras en pocos segundos. Siempre que sea posible, es preferible salir a primera hora de la mañana o al caer la tarde, cuando el suelo ya se ha enfriado.

Además, es conveniente elegir rutas con sombra o zonas cubiertas de césped natural. Estas superficies, al no retener tanto calor como el pavimento, son mucho más seguras y agradables para caminar. Incluso en parques urbanos, caminar por el borde donde crece la hierba puede ser una mejor opción que seguir el camino de cemento.

Otro aspecto esencial es el cuidado de las almohadillas. Al igual que nuestra piel, éstas pueden resecarse, agrietarse o volverse más vulnerables con el calor. Aplicar cremas humectantes específicas para perros de forma regular ayuda a mantenerlas suaves, hidratadas y resistentes. Este tipo de productos están formulados especialmente para no causar reacciones alérgicas ni irritaciones.

En resumen, las altas temperaturas del verano pueden poner en riesgo la salud de las patas de nuestras mascotas. Los veterinarios insisten en que la prevención es el mejor remedio. Así, con un poco de conciencia y cuidado, este verano puede ser seguro y placentero para tu perro, evitando que su alegría al aire libre se vea empañada por lesiones que se pueden evitar fácilmente.

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