Si tu gato te hace esto es una señal inequívoca de lo que le está pasando: llama al veterinario
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Los gatos son compañeros leales y cariñosos, pero no es tarea sencilla conocer cuáles son sus debilidades. Por este motivo, los veterinarios insisten en la importancia de prestar mucha atención a su comportamiento. Sólo así vamos a poder detectar las señales que nos indican que su tiempo se está agotando y, de esta manera, ofrecerle los cuidados adecuados y acompañarlo en sus últimos días.
Los gatos domésticos pueden vivir entre 12 y 20 años. La muerte natural por edad suele ser progresiva, y un final tranquilo en casa permite que la familia y otros animales comiencen a asimilar la pérdida y el duelo de manera gradual. Mientras, si el gato sufre de insuficiencia renal, cáncer o problemas cardíacos, el proceso puede ser más doloroso. Los síntomas incluyen vómitos, convulsiones y dificultad para moverse o respirar. En estos casos, la eutanasia puede ser una opción compasiva para evitar un sufrimiento innecesario.
Cómo saber si un gato se está muriendo y cómo acompañarlo
Cuando un gato se acerca al final de su vida, su cuerpo empieza a mostrar cambios físicos y funcionales que reflejan su deterioro. Una de las principales señales de alerta es la pérdida de interés tanto en la comida como en el agua. Su metabolismo se ralentiza y deja comer y de beber, lo que contribuye a un debilitamiento progresivo.
Por otro lado, la respiración puede volverse irregular, con pausas prolongadas o jadeos. En casos extremos, algunos gatos pueden respirar con la boca abierta. Cuando un gato está sano, su temperatura corporal oscila entre 38 y 39 °C, pero en sus últimos días puede descender y sus extremidades sentirse frías al tacto. Asimismo, muchos gatos dejan de acicalarse y pierden el control de la vejiga y el intestino.
Respecto a los cambios en el comportamiento, uno de los signos más característicos es que el gato busque lugares apartados y seguros donde descansar. Este comportamiento tiene raíces en su instinto de supervivencia: un gato débil en la naturaleza se vuelve vulnerable y busca esconderse de posibles depredadores. También es habitual que se vuelva más distante; esto no significa que haya dejado de querer a su familia, sino que es una forma de conservar energía mientras su cuerpo se debilita.
A medida que el cuerpo se debilita, los gatos se mueven más despacio y pueden parecer desorientados o tambalearse. La rigidez muscular y los temblores son comunes. Finalmente, aunque los gatos son dormilones por naturaleza, cuando su final está cerca pasan prácticamente todo el tiempo durmiendo.
Cómo acompañarle en sus últimos días
En esta etapa, lo más importante es ofrecerle la máxima tranquilidad. En casa, asegúrate de que tenga un espacio cómodo y alejado de ruidos para descansar y ofrécele agua con jeringa o comida húmeda, sin forzarlo. Recuerda que cada gato es un mundo; algunos demandan la cercanía de su familia, mientras que otros prefieren estar solos. Ten mucha paciencia y acércate a él según sus necesidades.
«Si notas que está sufriendo demasiado, un veterinario puede orientarte sobre opciones como la eutanasia, para evitar que padezca innecesariamente.Lo habitual hasta ahora siempre ha sido realizar las eutanasias en una clínica veterinaria. Desde luego que es una opción completamente válida, pero también podemos considerar el hecho de solicitar que venga un veterinario a casa.
El gato conoce su hogar, sus olores, se siente seguro en casa y morirá en el lugar donde fue feliz. Esto además es muy importante si tienes más animales en tu familia. Permitir que el resto del grupo huela, reconozca e inspeccione el cuerpo sin vida de un familiar que se va, es fundamental para que ellos también puedan pasar su duelo», recuerda Patitas & Co.
Manejo emocional del duelo
Perder a un gato es una de las experiencias más dolorosas que puede vivir una persona. La ausencia de ese pequeño compañero deja un vacío profundo, y es normal sentir tristeza, angustia e incluso culpa por no haber podido hacer nada más por él. Aceptar la pérdida requiere tiempo y paciencia, y cada persona vive el duelo de manera diferente.
Una de las estrategias más efectivas para afrontar la pérdida es permitirse sentir. Llorar, recordar momentos felices y también aquellos más difíciles ayuda a procesar la ausencia. También es válido escribir tus recuerdos, anécdotas y sentimientos en un diario o carta.
Otra manera de honrar la memoria de tu mascota es mediante un homenaje. Plantar un árbol, crear un pequeño altar con sus fotos y juguetes, o incluso conservar sus pertenencias más significativas son gestos que permiten canalizar la tristeza y mantener presente la huella que dejó en tu vida. Finalmente, es fundamental recordar que cada duelo es único y personal. No existe un «tiempo correcto» para superarlo, ni un camino único a seguir.
La vida de un gato, aunque corta en comparación con la nuestra, está llena de momentos de cariño. Reconocer los signos de que se está muriendo permite acompañarlo con dignidad y amor.
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