Perros

Si haces esto delante de tu perro, está en peligro: se vuelve más agresivo y está comprobado

Perro
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La convivencia con un perro conlleva una gran responsabilidad, que va mucho más allá de cubrir sus necesidades básicas de alimentación, ejercicio y cuidados veterinarios. También implica velar por su bienestar emocional y asegurarse de que el entorno en el que vive sea lo más saludable posible. Muchas veces no se presta suficiente atención a factores ambientales que, aunque parecen inofensivos o ajenos a ellos, pueden tener consecuencias negativas tanto a nivel físico como conductual. Uno de esos elementos que suele pasar desapercibido es el humo del tabaco, un agente tóxico bien documentado en humanos, pero que también puede causar estragos en nuestros compañeros caninos.

Un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Teherán y publicado en el Journal of Veterinary Behavior ha revelado nuevas implicaciones de la exposición pasiva al humo del tabaco en perros. Aunque ya se sabía que respirar aire contaminado por el tabaco era perjudicial para la salud física de los animales, esta investigación profundiza en cómo puede afectar también a su comportamiento y estado emocional. A través del análisis de más de 300 perros, se ha descubierto una clara asociación entre el humo del tabaco en el hogar y un aumento significativo en conductas agresivas.

Consecuencias de la exposición al humo del tabaco en perro

Los resultados del estudio no dejan lugar a dudas: los perros expuestos al humo del tabaco mostraron mayores niveles de agresividad hacia personas y otros animales, así como una mayor propensión al miedo y la ansiedad. También presentaron más dificultades para aprender nuevas órdenes o responder al entrenamiento.

Esta conclusión se basa en los datos recogidos mediante el Dog Personality Questionnaire (DPQ), una herramienta científica que evalúa distintos aspectos del comportamiento canino. El análisis se realizó con una muestra de 304 perros, divididos en dos grupos: aquellos que convivían con fumadores y los que vivían en hogares libres de humo.

El DPQ permitió evaluar seis dimensiones clave de la conducta: miedo, ansiedad, agresividad dirigida a humanos, agresividad hacia otros animales, capacidad de aprendizaje y nivel de actividad general. En todos estos aspectos, los perros expuestos al humo salieron peor parados. Específicamente, se observó que eran más reactivos, más inseguros ante estímulos nuevos, y que tenían mayores problemas para adaptarse a entornos o situaciones cambiantes.

El humo del tabaco contiene más de 7.000 compuestos químicos, entre los que se incluyen sustancias tóxicas como el monóxido de carbono, la nicotina y diversas partículas que pueden dañar el sistema nervioso. La inhalación de estas sustancias no solo afecta los pulmones o el sistema cardiovascular, sino que puede alterar también procesos neurológicos y hormonales en los animales. Es por esto que los efectos no se limitan al ámbito físico, sino que se extienden a la conducta y la capacidad cognitiva de los perros.

Además, el estudio sugiere que estos cambios en el comportamiento podrían no ser exclusivamente producto de la toxicidad química del humo. También se consideran variables ambientales asociadas al estilo de vida de las personas fumadoras. Por ejemplo, en muchos casos, los hogares donde se fuma tienen niveles más altos de estrés, rutinas menos regulares y menor actividad física.

Todo ello influye negativamente en el entorno emocional del perro, lo cual podría amplificar los efectos del humo. Por lo tanto, no solo se trata de una exposición pasiva a un agente contaminante, sino de un conjunto de factores que deterioran la calidad de vida del animal.

Otro aspecto que abordaron los investigadores fue el impacto que estos comportamientos pueden tener en la convivencia diaria entre el perro y su cuidador. Un perro más agresivo, con miedo o difícil de adiestrar puede generar frustración en sus responsables humanos, y en casos extremos, puede llevar al abandono del animal o su entrega a una protectora.

Para quienes fuman y conviven con perros, los expertos aconsejan evitar hacerlo en espacios cerrados o cerca de sus mascotas. Ventilar adecuadamente las estancias, fumar en el exterior y establecer zonas libres de humo dentro del hogar son medidas básicas que pueden marcar una gran diferencia. No se trata únicamente de proteger a los humanos no fumadores del hogar, sino también de garantizar que los animales vivan en un entorno sano y equilibrado.

La ciencia sigue avanzando en la comprensión del vínculo entre salud ambiental y comportamiento animal. Lo que antes se consideraba irrelevante o secundario, hoy se revela como un elemento central del bienestar de nuestros compañeros de cuatro patas. La exposición al humo del tabaco es un riesgo evitable, y como cuidadores responsables, tenemos el deber de eliminarlo del entorno de quienes dependen de nosotros para su protección.

En definitiva, el estudio liderado por Mastane Alaie abre una nueva línea de análisis en el campo de la etología y la medicina veterinaria. Nos recuerda que el cuidado de un animal no puede separarse del cuidado del entorno en el que vive.

Lo último en Mascotas

Últimas noticias