Mascotas
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Los expertos lanzan un importante comunicado a las personas que tienen pájaros y niños en casa

  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Tomar la decisión de tener un pájaro en casa no es lo mismo que salir y comprar una planta. Y si hay niños en casa, el reto crece, pues aunque la convivencia puede ser ideal, también exige una serie de cuidados y decisiones conscientes (más allá de comprar la jaula y dejarla en el salón).

La realidad es que muchos padres deciden traer un ave a sus vidas sin analizarlo mucho. Van a la tienda, miran las plumas, los colores y escuchan cómo cantan, y listo. Pero lo que no se fijan es en la parte más seria: las necesidades de higiene, el tipo de jaula, el comportamiento del ave o los posibles riesgos de salud. Por eso, varios expertos han querido lanzar una advertencia clara: si hay niños y pájaros en casa, hay que informarse y actuar con responsabilidad.

Lo que los dueños de pájaros con niños no pueden ignorar

Un pájaro no es un juguete. Aunque su tamaño pueda engañar, sigue siendo un animal que necesita atención, espacio, estimulación y rutinas claras. En el caso de loros, periquitos o agapornis, incluso interacción diaria. Si un niño lo agarra sin cuidado, lo asusta o lo molesta constantemente, puede desarrollar comportamientos agresivos o dejar de cantar.

El tamaño de la jaula también es importante. Tiene que permitir que el ave pueda extender las alas y moverse sin golpearse. Además, hay que elegir bien dónde colocarla. Los expertos recomiendan un lugar tranquilo, con luz natural, alejado de corrientes de aire y, si es posible, con vistas al exterior. Nada de encerrar al ave en un rincón oscuro de la casa.

Por otro lado, lo que muchos ignoran al momento de adquirirla es que las aves pueden ser portadoras de enfermedades. La más conocida es la psitacosis, una infección que puede afectar también a humanos, especialmente a niños si tienen un sistema inmune más débil. Por eso, es clave mantener la jaula limpia, cambiar el agua cada día, y no dejar restos de comida húmeda durante horas.

¿Cómo pueden convivir los pájaros y los niños en casa?

La clave está en educar tanto al niño como en cuidar al ave. Si el menor sabe desde el principio que no puede meter la mano en la jaula sin permiso, que no debe molestar al pájaro mientras duerme o que no puede ofrecerle cualquier alimento, el vínculo será sano. De lo contrario, se corre el riesgo de que el ave viva estresada y el niño se frustre al no obtener respuesta afectiva.

Los especialistas también recomiendan dejar que los niños participen en pequeñas tareas, como poner agua, ofrecerle comida o hablarle con voz suave. Así, se fomenta la empatía y la responsabilidad. Sin embargo, la supervisión adulta no es algo opcional. Es crucial que los padres estén presentes, sobre todo en los primeros meses de convivencia.

Por otro lado, si el ave es de las que necesita salir de la jaula, como ocurre con muchos loros, hay que preparar la casa. Cerrar ventanas, proteger cables y vigilar objetos pequeños que puedan picar o tragar.