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Éste es el motivo por el que tu gato se estira cuando te ve: no es lo que crees

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La próxima vez que tu gato se estire sobre ti, no pienses que es  casualidad. En realidad, se trata de una señal de confianza absoluta, una expresión de cariño y una forma de comunicación silenciosa que habla de su vínculo contigo. Adéntrate en este comportamiento tan cotidiano como fascinante y aprende a descifrarlo. Además, entender la razón por la que el gato se estira puede ayudarte a fortalecer ese lazo especial que tienes con tu mascota, ofreciéndole el cariño y la tranquilidad que él también te regala en cada ronroneo y estiramiento.

Ahora bien, no todos los gatos se estiran sobre sus dueños con frecuencia. Aquellos más independientes, tímidos o menos cariñosos pueden hacerlo con menor frecuencia o incluso nunca. No significa que no confíen en ellos, simplemente expresan su vínculo de otra manera.

¿Por qué se estira el gato?

Cuando un gato se estira sobre ti, te está eligiendo como su refugio. Ese acto recuerda a su etapa de cachorro, cuando «amasaba» el vientre de su madre para estimular la leche. Ese mismo reflejo (ahora realizado sobre ti) significa que te considera parte de su círculo de seguridad y afecto. Estar en esa posición es una manera de mostrarte que eres su figura de confianza; un lazo emocional fuerte que solo se da con quienes sienten cariño y vínculo real.

Ese gesto de doblar sus patitas mientras ronronea, estira la espalda o sujeta tu mano, no es solo comodidad: es un gesto consciente de cercanía, un silencioso «te aprecio» que también puede ir acompañado de muestras físicas suaves, como frotarse o ronronear, todo reforzando su confianza en ti.

Marcaje con aroma corporal

Los gatos se comunican con el olfato. Al estirarse, las almohadillas de sus patas descargan feromonas que dejan tu piel impregnada de su aroma. Es un mensaje claro para otros gatos: «esa persona es parte de mi grupo». Este marcaje es más habitual si llega una nueva mascota, un visitante o un bebé a casa. Estirarse sobre ti es su modo de reivindicarte como suyo y reafirmar tu rol en su entorno familiar.

Petición de ayuda

A veces, el estiramiento felino tiene detrás una petición clara: «quiero algo de ti». Los gatos no hablan, pero sí se comunican a través del contacto, como el estirarse, y si ese momento coincide con tu atención (o cuando te ven distraído), puede ser su forma de pedir comida, agua, caricias o incluso indicarte que algo no va bien. Quizás se sienten mal, con dolor o ansiedad, y buscan tu cercanía para sentirse comprendidos y cuidados.

Este tipo de estiramiento es una señal de comunicación emocional: están diciendo «necesito algo» sin emitir un solo sonido. Para quien los atiende, aprender a detectar esa sutileza puede ser clave para responder a su bienestar físico o emocional.

Relajación y bienestar corporal

Más allá de lo afectivo, el estiramiento también responde a una necesidad física. Después de largas horas de descanso o sueño profundo, los músculos se tensan y necesitan activarse. El estirarse es la forma más natural para prepararse: relajan músculos, articulaciones y les permite moverse sin esfuerzo cuando se despiertan.

Alivio del estrés

En momentos de estrés, los gatos también se estiran para soltar tensiones. Si ocurre justo después de un ruido fuerte, visitas inesperadas o situaciones nuevas, puede ser su estrategia para regular su cuerpo y su mente. Al contar con tu presencia, encuentran un refugio emocional.

Ese estiramiento no se trata sólo de músculos: es una descarga sensorial. Hacerlo encima de ti les provoca estímulos calmantes: sentir tu calor, tu respiración o tu latido les da un refugio que palia su ansiedad. Su gesto es una mezcla de autoconfort y una búsqueda de proximidad que a ti te distingue como su pilar emocional.

Responder correctamente a ese gesto de estiramiento por parte de tu gato puede marcar la diferencia entre una simple interacción y el fortalecimiento de un vínculo emocional duradero. Cuando tu gato se acomoda sobre ti y se estira, lo ideal es permitirle el acceso sin interrumpir su iniciativa. No lo muevas ni intentes recolocarlo: ese espacio que ha elegido representa seguridad y confianza. Al respetar su elección, estás validando su necesidad de contacto y comunicación.

Mientras se estira, puedes acompañar el momento con caricias suaves y lentas, preferiblemente en zonas que sabes que disfruta, como la panza, si se deja, o la base de la cola. Estas caricias deben ser delicadas, sin presionar demasiado, ya que algunos gatos pueden ser sensibles a ciertos toques. Observar su lenguaje corporal es clave para saber hasta dónde le resulta agradable.

Por último, es fundamental respetar su decisión si se levanta y se marcha. No lo retengas ni lo fuerces a quedarse más tiempo del que desea. Ese momento, aunque breve, ya cumplió su función comunicativa. Acompañar su libertad con comprensión es una forma poderosa de demostrarle que su bienestar es tu prioridad.