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Dragones: dónde se originó el mito

Desde que somos niños, hemos visto multitud de películas y series en las que los dragones tienen un gran protagonismo. Pero, ¿estas criaturas existen en realidad? Lo cierto es que forman parte de la mitología de multitud de culturas y civilizaciones a lo largo de la historia, como la china o la americana.

Dragones mitológicos

De todos los dragones mitológicos, el chino y de otras culturas orientales es uno de los más conocidos a nivel global. Se trata de un anfibio muy peculiar, con cuerpo de serpiente, patas de tigre, escamas de pez y garras de águila. Representa la fertilidad y la prosperidad.

El dragón europeo es un reptil de pesadilla, de gran tamaño y parecido a un lagarto, con lengua de serpiente y alas de murciélago.  Es agresivo y horrendo, y representa el pecado y al demonio, razón por la cual expulsa fuego por la boca.

El dragón americano, Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, dios del Sol entre los aztecas. Creadora y destructora del mundo. Kukulkán, serpiente emplumada de la mitología maya. Dios del viento y la lluvia, maneja antorchas ardientes.

¿Existen los dragones?

La palabra “dragón” proviene del griego “draconta” que significa mirar fijamente, como las serpientes.  Parece que en la Edad Media la gente creía firmemente en la existencia de dragones. De hecho, los primeros naturalistas los describieron, documentaron y clasificaron. Y los primeros paleontólogos que encontraron huesos gigantes creyeron que eran de dragón. Probablemente los asociaron a dinosaurios o animales marinos gigantescos que podían verse muy raramente.

Varias especies de reptiles llevan el nombre de dragón, como el dragón de Komodo. Es el reptil más grande que existe en la Tierra, originario de Indonesia. Cuenta con unos 60 dientes en la boca, los cuales se regeneran a lo largo de su vida. La lengua es una de las partes más importantes de su anatomía, y cumple multitud de funciones: les ayuda a orientarse en la oscuridad, a detectar sabores, a percibir estímulos…

A la hora de cazar, se lanza al vientre o al cuello de su presa, independientemente del tamaño de ésta. Su mordisco es muy potente, lo que le permite arrancar grandes trozos de carne en menos de un segundo. Cabe señalar que además es mortal ya que segrega veneno a través de dos glándulas ubicadas en la mandíbula inferior.

En la actualidad está científicamente probado que los dragones voladores que escupen fuego no existen. Forman parte del universo de criaturas mágicas como hadas, unicornios, elfos y trolls.