¿Cómo es el gato Scottish Fold?

Entre las razas de gatos ideales para tener en casa, podemos destacar a una que destaca por su belleza: el Scottish Fold. Tiene un aspecto físico realmente particular, con ojos grandes, orejas pequeñas y dobladas y cabeza redonda. Es normal que muchos lo comparen con un oso de peluche o con un búho. Este animal no sólo es uno de los más encantadores físicamente, sino que también tiene una personalidad única. Amigable e inquisitivo, el Scottish es un compañero ideal.

Personalidad y temperamento del Scottish Fold

El Scottish Fold se caracteriza por ser inteligente y muy juguetón, y además de la compañía humana. Suelen ser además muy graciosos, ya que pueden realizar poses algo inusuales en un gato tradicional, por ejemplo pararse sobre sus dos patas traseras o recostarse boca arriba.

El Scottish Fold disfruta de pasar tiempo con sus seres queridos, aunque no pierde la independencia que caracteriza a todo gato. De temperamento tranquilo y amable, este gato se adapta a todo tipo de familias incluso aquellas con niños

Un curioso aspecto para destacar es que no le gusta pasar demasiado tiempo solo; por eso no se recomienda como mascota para personas que viven solas y trabajan durante largas horas o pasan mucho tiempo fuera de casa.

Su aspecto físico

Con un promedio de vida de 11 a 14 años, estos particulares gatos suelen tener un tamaño corporal mediano de entre 3 a 4 kilos en las hembras y 4 a 6 kilos los machos.

Quizá el aspecto más distinguido de su físico son sus orejas, de hecho, estas tienen una gran relación con su surgimiento. Son pequeñas y están plegadas hacia adelante, lo que los hace lucir realmente dulces.

Un poco de historia

La historia del gato Scottish es muy interesante. Como su nombre lo indica, nació es Escocia en 1961. Su primer ejemplar recibió el nombre de Susie, se trataba de una gatita de orejas cortas y caídas.

Al emparejar a Susie con un British Shorthair nacieron muchas crías que casualmente tenían las orejas igual que su madre y fueron registradas oficialmente como nueva raza. Pero no todos fueron éxitos en el origen de este bello animal.

Se comprobó que las camadas nacidas de ambos padres con el gen de las orejas caídas (Fold) podían presentar malformaciones en las extremidades y la cola, además de sordera. Por lo que la raza dejó de ser válida en Europa. Su principal criador se trasladó en la década del 70 a los Estados Unidos, donde aprovechó para mejorar la raza y ganar gran popularidad.

Tener en casa un Scottish es una experiencia fascinante, y este inconfundible gato es capaz de agradar a cualquier persona.