Así debemos actuar si nos encontramos un perro perdido

A pesar de que la pandemia del coronavirus paralizó de forma temporal el abandono de animales, en 2020 llegaron a los centros de acogida alrededor de 162.000 perros en España, según datos ofrecidos por el estudio ‘Él nunca lo haría’ de la Cátedra Fundación Affinity. A pesar de que es una cifra inferior a la de 2019, lo cierto es que los datos sobre el abandono de perros en nuestro país son muy altas.

Se trata de una realidad con la que, por desgracia, los centros de acogida tienen que lidiar día a día. Durante los meses de confinamiento se llevaron a cabo muchas adopciones para evitar la soledad y, una vez se permitió la movilidad, fueron muchas las personas que dejaron a sus mascotas abandonadas a su suerte. Sucedió algo similar a lo que ocurre en Navidad, cuando los perros se utilizan para satisfacer los deseos de mayores y pequeños.

Teniendo estos datos en cuenta, en algún momento podríamos encontrarnos con un perro perdido o abandonado en la calle, y es importante saber cómo actuar.

Lo primero es tomar el control de la situación. Por lo general, los perros suelen mostrar miedo y desconfianza cuando un extraño trata de acercarse a ellos, así que su primera reacción suele ser la de salir corriendo. Si se trata de un can abandonado que ha estado sometido a maltrato por parte de su diueño, puede reaccionar de manera agresiva, así que debemos tener cuidado.

Si tenemos alimento y agua a mano, podemos ofrecérselos para intentar que se acerque a nosotros. Si lleva varias horas en la calle, lo más seguro es que tenga hambre y sed.

Si el animal deja que nos acerquemos, tenemos que intentar sujetarlo y, si aparece algún número en su chapa identificativa, llamar. Si no lleva ninguna, debemos ir al veterinario para que pueda escanear el microchip y averiguar quién es su propietario.

Si el perro no tiene microchip, conviene llamar a la Policía Municipal para que nos diga cómo debemos proceder. También es recomendable preguntar a los vecinos de la zona y avisar a la protectora local.

Si pasado un tiempo prudencial, nadie ha reclamado al animal, podemos considerar la posibilidad de adoptarlo o, si no podemos ocuparnos de él, llevarlo a un refugio.