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5 consejos básicos para tratar a un gato agresivo

¿Qué se puede hacer ante un gato agresivo? En la práctica, hay una serie de consejos efectivos que se pueden llevar a la práctica. Aquí te contamos cómo controlar la situación.

Para que un ejemplar se haga merecedor de esta distinción de gato agresivo, tienen que ocurrir una serie de circunstancias que van más allá de episodios aislados. Si es un patrón que se presenta frecuentemente en el animal, lo mejor es buscar la ayuda de un veterinario para determinar el origen de estos comportamientos. Aunque se trata de una especie que puede ser muy nerviosa y que trata de ocultar sus temores defendiéndose, no está en su naturaleza atacar sin motivación aparente.

Los dueños deben aprender a diferenciar entre un felino malhumorado y uno propiamente agresivo. Así mismo, es importante entender que estas mascotas suelen mostrar rasgos de carácter muy marcados y no fáciles de moldear. También son altamente territoriales y propensos a sufrir ataques de ansiedad y aburrimiento.

¿Por qué se molesta un minino?

Lo primero que se debe hacer es buscar la causa con calma. La serenidad es lo que más se requiere en esos momentos álgidos. Puede que el gato simplemente tenga miedo y eso active sus mecanismos de defensa. Para calmarlo hay que ubicarse cerca del animal y hablarle con cariño, pero sin tocarlo. El objetivo es hacerle saber que no hay amenazas.

Otra cosa que se puede hacer es recurrir a comidas húmedas como punto de distracción. Una vez que el animal se acerca, es momento de intentar acariciar su nariz, siempre que no muestre síntomas de incomodidad.

Si el rechazo persiste, se le debe dejar tranquilo. En cuyo caso, la recomendación es permitir al gato agresivo deambular libremente. Probablemente se refugiará en un lugar alto desde donde pueda observar todo a su alrededor con seguridad.

Para un gato agresivo un espacio de sosiego

Con el fin de disminuir los niveles de angustia y estrés de los felinos, es importante ofrecerles una atmósfera sin ruidos excesivos y libre de compañías no deseadas. Esto facilitará que recuperen el equilibrio y puedan integrarse a la convivencia familiar sin mayores traumas.

Para propiciar la relajación de estas mascotas, también funciona recurrir a la hierba gatera o a las feromonas. Se consiguen en tiendas especializadas y son muy efectivas para tranquilizar a ejemplares que sufren de estrés o de miedo.

Calma y cordura

Hay que recordar que los gatos bien cuidados son animales de compañía muy cariñosos. Pero también son seres vivos muy emocionales, susceptibles ante sentimientos y situaciones conflictivas.

Si la situación con el comportamiento de tu mascota se te escapa de las manos, no dudes en consultar con un especialista. Muchas veces la solución a los problemas está en pequeños detalles que solo un profesional con la experiencia suficiente es capaz de advertir.