La razón por la que Madrid está repleto de telarañas: buenas noticias

• Janire Manzanas
• Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.
• • 26/10/2024 11:30
  • Actualizado: 26/10/2024 11:30

El miedo a ciertos animales es común, y entre ellos, las serpientes, cucarachas y arañas destacan como algunas de las fobias más comunes. En Madrid, los residentes han notado un aumento en la aparición de telarañas en la vía pública, lo que ha generado reacciones en las redes sociales. Una usuaria de TikTok ha planteado la preguntan de por qué hay tantas telarañas en la ciudad, señalando que ha visto telarañas enormes en lugares como La Moraleja. Otros usuarios también han compartido  sorpresa por la situación.

Aunque pueda parecer inusual, el aumento de arañas en la capital no es un fenómeno extraño. Cada año, durante el otoño, se da un incremento natural en la población de estos arácnidos debido a su temporada de cría. Las arañas jóvenes tienen una forma de dispersarse: utilizan hilos de seda que el viento transporta, un proceso conocido como vuelo arácnido. Este método les permite viajar largas distancias, a veces incluso cientos de kilómetros. Para llevar a cabo el vuelo arácnido, las arañas se posicionan contra el viento y producen seda, lo que les permite elevarse y moverse a través de su entorno.

Presencia de telarañas en Madrid

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Recientemente, un vecino de Fuente del Berro expresó su incomodidad por la gran cantidad de telarañas que se encontraba en su camino hacia el supermercado. En otra ocasión, mientras jugaba al fútbol en Carabanchel, le pasó algo muy parecido cuando observó lo que parecía ser una lluvia de telarañas iluminada por las luces del campo. Este fenómeno ha generado múltiples quejas en las redes sociales, donde multitud personas comparten sus encuentros con las telarañas.

En plataformas como TikTok y X (anteriormente Twitter), muchos usuarios han narrado su sorpresa al ser sorprendidos por hilos de seda al caminar por la ciudad. Algunos incluso afirman haber sufrido «ataques» por parte de arañas que se desprenden de estas telarañas. Esto ha llevado a un amplio debate sobre la inexplicable proliferación de arácnidos en un entorno urbano como Madrid.

A pesar de la preocupación, la razón detrás de este fenómeno es completamente natural y está relacionada con la época del año. El otoño coincide con la temporada de cría de las arañas, un ciclo anual que, aunque habitual, este año ha llamado más la atención debido a su visibilidad. Las crías, al nacer, se desplazan a través de lo que se conoce como «vuelo arácnido», utilizando hilos de seda que les permiten ser transportadas por el viento a grandes distancias mientras buscan nuevos hogares.

Aunque el aumento de telarañas puede resultar desconcertante, algunos usuario destacan que refleja un mejor respeto por las áreas verdes de Madrid. Este fenómeno del vuelo arácnido, aunque molesto para algunos, es crucial para la propagación y supervivencia de las arañas, afectando incluso la composición de su población en la región.

El debate también ha suscitado preguntas sobre posibles efectos negativos en la salud pública. Sin embargo, los expertos aseguran que la expansión de arañas en Madrid «no debería ser motivo de alarma». En realidad, convivir con arácnidos puede ser beneficioso, ya que ayudan a controlar otras poblaciones de insectos que podrían resultar problemáticas. No hay registros recientes de muertes en España atribuibles a picaduras de arañas, lo que sugiere que la mayoría de los encuentros son inofensivos.

Ciclo de vida de las arañas

El ciclo de vida de las arañas abarca varias etapas, comenzando con la puesta de huevos. Las hembras pueden depositar cientos de huevos en un capullo de seda, que protege a las crías de depredadores y condiciones adversas. Dependiendo de la especie y el entorno, los huevos pueden tardar desde semanas hasta meses en eclosionar.

Una vez que las arañitas nacen, son pequeñas y vulnerables. En la mayoría de las especies, las crías deben valerse por sí mismas desde el inicio. A medida que crecen, experimentan el proceso de muda, donde eliminan su exoesqueleto y crecen. Este proceso puede repetirse varias veces al año, y las arañas son especialmente vulnerables durante estas mudas.

Tras varias mudas, las arañas alcanzan la madurez sexual, lo que puede tardar desde meses hasta años, dependiendo de la especie. Los machos desarrollan características especiales para atraer a las hembras, y durante el cortejo, deben ser cautelosos, ya que algunas hembras pueden devorarlos después de la cópula.

Una vez que se lleva a cabo la reproducción, la hembra almacena el esperma del macho y puede fertilizar sus huevos más adelante. La cantidad de huevos que una hembra puede poner aumenta las probabilidades de supervivencia de las crías, dado que muchas enfrentarán peligros en sus primeras etapas.

La esperanza de vida de las arañas varía; algunas viven sólo unos pocos meses, mientras que otras, como ciertas tarántulas, pueden vivir varias décadas.