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Almeida a Mónica García tras sus críticas a la moción del aborto: «Yo no oculto a acosadores como Errejón»

"Yo defiendo a las mujeres del terror que sienten por las pulseras antimaltrato y no habría dado cobertura a Errejón"

Almeida señala que él "no habría permitido que un secretario general" del PP "tenga la afición a las mujeres que tiene Ábalos"

"No se defiende a las mujeres unas veces sí y otras no", ha dicho sobre el 'feminismo' de Mónica García

José Luis Martínez-Almeida se ha referido a Mónica García este miércoles, tras las críticas de la ministra de Sanidad al alcalde de Madrid por la propuesta de Vox aprobada en el Ayuntamiento: a partir de ahora, será obligatorio en el municipio informar sobre el «síndrome postaborto» a las mujeres que se planteen interrumpir el embarazo. El Ministerio de Sanidad ha asegurado que revisará «la legalidad» de la medida, a lo que Almeida ha contestado desde Málaga: «Yo no oculto acosadores como Íñigo Errejón ni desvío la mirada de las pulseras antimaltrato».

El primer edil madrileño se ha visto envuelto en esta polémica dado que la moción de Vox salió adelante gracias al apoyo del grupo popular, mientras que PSOE y Más Madrid votaron en contra. Sin embargo, Almeida ha dejado claro que las motivaciones del PP para dar el visto bueno a la propuesta no tienen que coincidir necesariamente con las de Vox, en alusión a la controvertida intervención en el pleno de Carla Toscano, del partido de Abascal. «Vox puede hacer el discurso que quiera, nosotros lo único que queremos es dar información», ha señalado.

Además, el dirigente del PP ha mostrado su sorpresa porque «alguien se oponga a que se dé información ante una decisión tan importante», y ha hecho un símil entre este caso y los medicamentos -«todos tienen un prospecto»- o las operaciones quirúrgicas, en las que siempre se «indican las contraindicaciones» al paciente antes de someterse a una de ellas. A continuación, Almeida ha ironizado: «Entiendo que al Gobierno [de Pedro Sánchez] no le gusta dar información, ya sabemos cuál es la política del Gobierno con las mujeres».

José Luis Martínez-Almeida sostiene que las mujeres tienen «la madurez suficiente para recibir información» y valorarla o no por sí mismas, por ello «le extraña» el rechazo de quienes critican la medida: «¿Por qué las mujeres no pueden saber si hay una consecuencia o no?».

Almeida sobre Mónica García

Preguntado por el aviso de Mónica García, Almeida ha sido tajante con la ministra de Sanidad y le ha recordado algunas de las polémicas que han salpicado a Más Madrid, no sin antes echarle en cara que no se haya pronunciado sobre el escándalo de las pulseras antimaltrato defectuosas del Ministerio de Igualdad.

«Lo que realmente me preocupa es que Mónica García, como ministra de Sanidad, no ha dicho ni una sola palabra por las pulseras antimaltrato, sobre todas las mujeres aterrorizadas por los fallos de las pulseras. Pertenece a un partido que tenía a Errejón como portavoz en el Congreso», ha apuntado. También le ha reprochado que no haya pedido la dimisión de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, en un «ejercicio de coherencia».

Precisamente por ello, por su falta de «coherencia», ha criticado que Mónica García «utilice» a las mujeres a modo de instrumento político. «No se defiende a las mujeres unas veces sí y otras no», ha explicado.

Finalmente, ha sacado la artillería pesada para evidenciar las incongruencias de Mónica García en lo que a feminismo se refiere: «Yo no oculto a acosadores como Errejón, ni desvío la mirada de las pulseras antimaltrato, ni evado mi responsabilidad al entender que dar información [en este caso] es lo mismo que hacer en una intervención quirúrgica».

Tampoco ha olvidado el alcalde de Madrid repartir leña al PSOE, con el que Gobierna en coalición el partido de Mónica García. «Yo defiendo a las mujeres del terror que sienten por las pulseras; yo habría dado cobertura a Errejón y no habría permitido que un secretario general de mi partido tenga la afición a las mujeres que tiene José Luis Ábalos», ha sentenciado.

La moción de Vox argumenta que interrumpir el embarazo provoca, en el «91% de los casos», enfermedades como «depresión» o «alcoholismo», algo que niegan los detractores de la medida, que defienden que el «síndrome postaborto» al que se refiere la formación no es una patología reconocida por los manuales de diagnóstico.