Madrid
Cibeles

Adiós a La Cibeles tal y como la conocíamos: el cambio que llega a partir de este día

Pocos monumentos representan mejor a Madrid que La Cibeles, la famosa fuente en el centro de la plaza del mismo nombre y que no sólo es impresionante cuando se ve de cerca, sino que todos la asociamos con las celebraciones deportivas, especialmente cuando el Real Madrid gana alguna competición, ya que los aficionados siempre envuelven la estatua con bufandas y banderas madridistas para celebrarlo. Sin embargo, puede que en los próximos meses la estatua en la fuente de Cibeles sea noticia con algo que nada tiene que ver con lo deportivo, y es que se va someter a un lavado de cara, que por otro lado, es del todo necesario tras años soportando el peso del tiempo y como no, la contaminación.

De este modo, y tras la restauración realizada al dios Neptuno, el Ayuntamiento de Madrid, anuncia ahora la de la estatua Cibeles, cuyas obras comenzarán en junio de 2026 y se alargarán durante varios meses. Con ello se podrá preservar la escultura y garantizar su conservación para las próximas décadas. Según los técnicos municipales, los estudios previos han revelado suciedad acumulada, grietas y corrosión en algunos de sus elementos metálicos. Por este motivo, la fuente se va a cubrir y los operarios trabajarán en ella durante cinco meses. A pesar de ello, el Consistorio asegura que no habrá afecciones al tráfico ni a la movilidad en la zona. Eso sí, los madrileños deberán acostumbrarse durante un tiempo a ver a su diosa protegida bajo una lona especial, diseñada teniendo en cuenta también, que por allí pasan miles de personas y turistas todos los días.

Adiós a La Cibeles tal y como la conocíamos

El calendario no se ha elegido al azar. Los técnicos municipales han señalado que el inicio de las obras en junio de 2026 responde a criterios climáticos. «Para los trabajos que se realizan a la intemperie, se tienen en cuenta las lluvias, las temperaturas extremas… y el mejor momento para iniciar su paso por el taller es ese», ha explicado la delegada de Cultura del Consistorio, Marta Rivera de la Cruz.

La decisión se apoya en la experiencia de restauraciones anteriores, como la de la fuente de Neptuno, donde el resultado fue excelente gracias a la planificación en meses de clima más estable. En el caso de Cibeles, la prioridad será limpiar y consolidar los materiales, sellar las fisuras y aplicar tratamientos específicos para evitar fugas de agua, especialmente en las zonas donde ya se habían detectado filtraciones.

Una intervención necesaria

Aunque a simple vista la fuente parece en buen estado, el examen detallado realizado por el área de Conservación Preventiva del Ayuntamiento de Madrid ha revelado que el monumento necesitaba una revisión profunda. En febrero de este año, la fuente se vació por completo para llevar a cabo un análisis técnico. Durante 14 semanas, un equipo formado por arquitectos, conservadores-restauradores, historiadores, físicos y químicos examinó cada pieza del conjunto escultórico.

El estudio, liderado por Victoria Sandstede, jefa de conservación preventiva, permitió detectar una fina pátina blanca sobre las zonas en contacto con el agua. Este fenómeno, explicó, es una decoloración natural del metal o la piedra que se produce con el paso del tiempo y la acción del agua. Además, se comprobó la existencia de una grieta reabierta en uno de los mascarones del carro, una fisura que ya había sido sellada en 2016, pero que volvió a abrirse, permitiendo la entrada de agua y provocando corrosión en elementos internos.

Cubierta con una lona especial

Durante los meses que duren las obras, La Cibeles estará cubierta por una lona, aunque desde el Ayuntamiento prefieren mantener el misterio sobre su diseño. Sólo han adelantado que será algo especial, pensado para el lugar que ocupa y para las miles de personas que la verán cada día. “Cuidaremos ese trabajo también”, ha asegurado la delegada de Cultura, Marta Rivera de la Cruz.

No se descarta, además, que los madrileños puedan ver de cerca parte del proceso, como ya ocurrió con la Puerta de Alcalá o el Museo de Historia. En aquel proyecto, llamado Abierto por restauración, más de 12.000 personas subieron a los andamios para entender de primera mano cómo se trabaja sobre un monumento histórico. La idea es repetir algo parecido.

Una restauración que no costará dinero a los madrileños

Otro de los puntos importantes es la financiación. El Ayuntamiento de Madrid quiere que la restauración no salga del bolsillo de los ciudadanos. La intención es buscar un acuerdo con una empresa privada, como ya se hizo con L’Oréal en la fuente de Neptuno, para asumir parte o incluso todo el gasto.

Este modelo de colaboración público-privada se ha ido consolidando en los últimos años. Permite llevar a cabo restauraciones de calidad sin tocar el presupuesto municipal y, al mismo tiempo, da visibilidad a las empresas que se implican en la conservación del patrimonio.

El paso del tiempo sobre la Cibeles

La fuente de Cibeles, obra de los escultores Francisco Gutiérrez y Roberto Michel, lleva en pie desde el siglo XVIII, y desde entonces ha visto guerras, celebraciones, coches, turistas y casi dos siglos y medio de historia. No es la primera vez que pasa por un proceso de restauración, aunque los expertos aseguran que las condiciones actuales han hecho que esté más deteriorada que nunca. La contaminación, el tráfico constante y hasta la cercanía del Retiro(con el polvo, las hojas y las semillas que arrastra el viento) han hecho mella en su piedra y necesita que se restaure.

Si todo se cumple según lo previsto, los trabajos finalizarán en otoño de 2026. Entonces, los madrileños podrán volver a ver a esta diosa resplandecer en el centro de la ciudad, con sus piedras limpias, sus grietas selladas y sus aguas fluyendo de nuevo.