Juegos Olímpicos
Juegos Olímpicos París 2024

Evenepoel consigue un histórico doblete al ganar también el oro olímpico de ciclismo en ruta

Doblete histórico de Remco Evenepoel, al colgarse el oro olímpico en ruta tras ganar también en contrarreloj

Francia también hace historia, con plata para Madouas y bronce para Laporte

Remco Evenepoel es ya historia del ciclismo. El belga se ha colgado –también– el oro en ciclismo en ruta en los Juegos Olímpicos de París 2024, lo que le convierte en el primer corredor en la historia que hace un doblete, ganando en contrarreloj y en la carrera en ruta en la misma cita olímpica. Con susto final, porque pinchó a tres kilómetros, pero con una diferencia suficiente para llevarse la carrera por delante de dos franceses, que hicieron un sorprendente doblete. Valentin Madouas se colgó la plata y Christophe Laporte el bronce.

En un espectacular ataque a 38 kilómetros de meta, consiguió dejar seco a Van der Poel, se fue solo y acabó quedándose con el francés Madouas al dar caza a la cabeza de carrera. Mientras tanto, por detrás, el neerlandés quería optar a la medalla y probó con otro ataque que seleccionó la carrera por detrás. En ese grupo que se formó, aparecieron Aranburu y Ayuso, que buscaron un campanazo de los grandes, aunque no hubo suerte al final y terminaron 18º y 24º, respectivamente.

Carrera larga, de casi 300 kilómetros, que concluía con un circuito por las calles de París, aunque nada tenía que ver con el habitual del Tour de Francia. Emocionante el tramo final, en el que los ciclistas tenían que subir la cota de Montmatre, pero sobre todo por el espectáculo brindado por los favoritos de la carrera.

Remco Evenepoel, vigente campeón del mundo de contrarreloj, campeón mundial en ruta en 2022, campeón olímpico de contrarreloj y tercero en el último Tour, que concluyó hace dos semanas, aspiraba a todo en esta carrera. Podía lograr algo impensable: un doblete olímpico en apenas una semana, que le convirtiese en el único ciclista en la historia en ganar oro en las dos pruebas de ruta. Y a por ello fue. Por si acaso se complicaba, Bélgica contaba con otra gran baza, la de Wout Van Aert.

Las miradas también estaban puestas, y de qué forma, en Mathieu Van der Poel. El neerlandés era el principal favorito, con permiso de un Evenepoel que tenía claro su objetivo. Vigente arcoíris, Van der Poel quería complementarlo con un oro que también sería histórico.

Por parte de los españoles, la representación era escasa, pero la mejor para poder aspirar a que dieran una campanada. Juan Ayuso lideraba una selección en la que, quizás, las mejores opciones aparecían en las piernas de Oier Lazkano y Alex Aranburu. Aunque cualquier posibilidad de medalla parecía más una quimera que una posibilidad real.

La carrera comenzó con una fuga que alcanzó casi los 20 minutos, pero que al final, como era de esperar, no estuvo ni cerca de poder triunfar. Apretaron en el pelotón, con Bélgica sacrificando a dos de sus corredores en favor de los dos candidatos a medalla y tirando como demonios, lo que permitió que dejasen a tiro de los favoritos la carrera. Fue entonces, a falta de 38 kilómetros, cuando Remco se fue. Lanzó un ataque a lo Pogacar que dejó sin capacidad de reacción a Van der Poel, que cuando salió –seguido de Van Aert– había perdido ya la suficiente comba como para aspirar a ganar.

Se formó entonces un grupo con ellos dos, que fueron dando caza al resto de corredores que corrían por delante y al que se incorporaron los dos españoles. En cabeza, Evenepoel daba caza a Healy y Madouas, quedándose con el francés hasta que decidió dejarle atrás en Montmatre para marcharse a por el oro.

Madouas se quedó en tierra de nadie, asegurándose la plata. Mientras tanto, el bronce quedaba a la espera de lo que sucediera por detrás. Laporte, Jorgenson, Küng, Healy y Haller formaban un grupo al que seguían Van der Poel y Van Aert. Apretaron al máximo y, sin saber cuántos hombres habían entrado por delante, Laporte consiguió un bronce del que no supo hasta que paró y le informaron de ello.