'Caso Nacho Cano'

⁠Los audios de la becaria que denunció a Nacho Cano ante la juez: «Me privaron de mi libertad»

OKDIARIO desvela la declaración de Lesly Ochoa ante la juez: "Nos daban 300 € en efectivo"

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  • Irene Tabera | Fernán González

La becaria del musical Malinche que ha denunciado a la productora de Nacho Cano declaró ante la juez que fue víctima de explotación laboral y que llegó a estar retenida en el hostal donde se alojaba. La joven mexicana, que prestó testimonio en una extensa declaración judicial de casi dos horas, reveló detalles sobre las presuntas irregularidades en el programa de becas promocionado por la productora de Nacho Cano.

«Veníamos a formarnos, pero realmente era un trabajo, eran ensayos», explicó la denunciante ante la magistrada en los audios judiciales que desvela OKDIARIO. Detalla que en lugar de las prometidas clases de canto y actuación, realizaban ensayos para el musical. Según su testimonio, las jornadas se extendían desde las 9 de la mañana hasta las 5 o 6 de la tarde, llegando en ocasiones hasta las 3 de la madrugada. Por su parte, Nacho Cano defendió que estaban aprendiendo el célebre musical para exportarlo a Latinoamérica y exhibirlo allí también.

La testigo describió condiciones «precarias» de alojamiento, con 20 personas distribuidas en tres habitaciones de un hostal que, según afirmó, «estaba prácticamente vacío». Los becarios recibían 300 euros en efectivo que debían cubrir sus gastos de transporte y alimentación, exceptuando una comida diaria que les proporcionaban mediante vales.

Un aspecto particularmente controvertido de su testimonio fue la descripción del proceso de llegada a España. «Nos mandaron una guía para turistas para burlar la frontera… nos decían que recordáramos que veníamos como turistas, nos lo inculcaban mucho», declaró, añadiendo que recibieron instrucciones específicas sobre qué decir si eran interrogados en inmigración.

La denunciante aseguró que no firmó ningún documento en México, y que todas las comunicaciones se realizaron por llamadas telefónicas y mensajes de WhatsApp. «Todo iba saliendo poco a poco, nunca nos dijeron quiénes serían los maestros ni nos dieron un horario establecido», explicó para tratar de desmontar la existencia de un programa formativo estructurado.

El momento más tenso de su declaración se produjo cuando relató el incidente que precipitó su salida del programa. «Me privaron de mi libertad», afirmó, describiendo cómo fue encerrada en el hostal cuando le comunicaron que debía regresar a México. «Me sentí como una muñeca de trapo, donde me ponían, iba», expresó.

La joven explicó que rechazó el billete de regreso que le ofrecieron porque «ya no tenía confianza» después del incidente del encierro. También reveló que les habían prometido regularizar su situación como estudiantes después de tres meses, aunque según su testimonio, esto nunca llegó a materializarse.

Durante el interrogatorio, la defensa intentó cuestionar la credibilidad de la testigo presentando documentos que supuestamente había firmado, aunque ella insistió en que no recordaba haber firmado más que un acuerdo de confidencialidad al llegar a España. «Del dicho al hecho hay un largo trecho», respondió cuando se le preguntó por las discrepancias entre lo prometido y la realidad que encontró. La declaración forma parte de una investigación más amplia que involucra a otros 17 becarios.

Inspección de Trabajo

Por su parte, la subinspectora de Trabajo que investigó el caso admitió ante la juez importantes limitaciones en su investigación. Durante su declaración como perito, reconoció que su actuación se limitó a una única visita a petición de la Policía Nacional, sin conocer previamente el alcance de la investigación ni realizar posteriores comprobaciones en el teatro donde se representaba el espectáculo.

«Yo no sabía ni dónde iba», declaró la inspectora, quien admitió que no visitó las instalaciones del musical ni verificó las condiciones reales de trabajo de los becarios durante las representaciones. La funcionaria también reconoció que no pudo «discernir si lo que se estaba haciendo era un ensayo o una clase» durante su única visita a las instalaciones.

La inspectora, que basó sus conclusiones principalmente en las declaraciones de los becarios y la documentación aportada por la empresa, no pudo confirmar si alguno de los 64 actores profesionales del espectáculo había sido sustituido por becarios. «Los becarios salían de forma puntual» en algunas escenas, afirmó, aunque admitió desconocer el número total de representaciones y el papel exacto que desempeñaban.

Durante el interrogatorio, una de las partes cuestionó que la inspectora no verificara si el programa formativo estaba homologado por el Ministerio de Educación o si existían otras vías de acceso a dicha formación además del casting realizado en México. La funcionaria admitió que no lo consideró «relevante» para determinar si existía una relación laboral.

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