Urbanismo archivó la denuncia al restaurante incendiado en Madrid nada más estrenar su letal diseño
Se inauguró con la decoración letal y con un expediente sancionador abierto que el ayuntamiento le archivó 13 días después
El restaurante madrileño franquiciado de la cadena Burro Canaglia, que el pasado viernes se convirtió en una ratonera de fuego y humo que segó la vida a dos personas e hirió de gravedad a otras 12, fue inaugurado el 30 de diciembre de 2021 con la decoración que ardió letalmente y que desató la tragedia tras prender durante el flambeado de una pizza con soplete ante los comensales. OKDIARIO ha accedido a la documentación que acredita que el restaurante incendiado se inauguró pese a tener un expediente abierto por carecer de licencia de obras, trámite sancionador que fue archivado sin que conste inspección urbanística alguna por parte del Ayuntamiento. Los servicios de Urbanismo que dirige el concejal de Cs Mariano Fuentes, subordinado político de la vicealcaldesa Begoña Villacís, dieron carpetazo al expediente el 12 de enero de 2022, cuando el restaurante de la madrileña Plaza de Manuel Becerra ya llevaba 13 días abierto.
De hecho, se da una coincidencia que evidencia esa secuencia de hechos: ese 12 de enero de 2022, el mismo día que el Ayuntamiento archiva sin inspección ni consecuencia administrativa alguna para el establecimiento, la cadena Burro Canaglia difundió en internet la inauguración que había tenido lugar el 30 de diciembre previo. Según ha constatado OKDIARIO, la compañía ilustró su texto con una fotografía del local madrileño en la que es ostensible la abigarrada decoración que llenaba el techo, a escasa distancia del suelo. El restaurante incendiado se convirtió en una ratonera de fuego y humo por esta profusa decoración artificial que prendió con explosiva rapidez.
La denuncia de la Policía Municipal
Agentes de la Policía Municipal visitaron el local en obras el 26 de noviembre de 2021. Al comprobar que no contaban ni con licencia de obras ni con declaración responsable que pudiera sustituirla, rellenaron un boletín de denuncia que dio lugar a la apertura del expediente sancionador.
Las obras siguieron adelante y el empresario franquiciado recurrió. Alegó que no necesitaba licencia para ese tipo de obras y argumentó que estaba aprovechando un local que, previamente, ya había funcionado como restaurante. Eso a pesar de que el Burro Canaglia de Madrid abrió, según consta en documentación oficial, no como restaurante sino como bar sin cocina. Es decir, presuntamente para servir tan sólo comida preparada y no cocinada allí.
Fuentes de la Concejalía de Urbanismo han venido insistiendo en que, cuando se trata de locales en los que ya había una actividad igual que la nueva que se va a emprender, les basta las licencias que tuviera el anterior negocio. En este caso, el restaurante que antecedió al Burro Canaglia obtuvo la licencia en 1998.
Urbanismo se exime de responsabilidad
Además, las mismas fuentes también han venido defendiendo que la normativa no les obliga a inspeccionar el local antes de iniciar la nueva actividad. Acogiéndose a que la inspección sería potestativa, no obligatoria, en ninguna dejación habría incurrido el área de Urbanismo, según su propia versión.
OKDIARIO destapó que, en medio de todas esas circunstancias, el resultado práctico es que se pasó por alto que el local había reabierto con una decoración artificial que, por ser combustible, estaba prohibida en la licencia que tenía ese local desde 1998 y que Urbanismo dio por buena para el Burro Canaglia. Ante esta información, desde la Concejalía de Urbanismo cuestionaron que el restaurante incendiado abriera con esa decoración. Es decir, que esas plantas artificiales que llenaban el techo y que convirtieron el local en una ratonera de fuego y humo hace una semana, podían haber sido colocadas a posteriori.
En todo momento, estas fuentes oficiales plantearon esa duda como hipótesis en su descargo. Sin embargo, OKDIARIO ha dado con la prueba documental de que las obras que habían sido denunciadas por la Policía Local lo eran de remodelación total del establecimiento, que incluyeron la profusa decoración inflamable, y que fue así como se inauguró el restaurante pese a tener abierto un expediente sancionador al que el Ayuntamiento, sin mediar inspección conocida, dio carpetazo 13 días después.
Esa constatación documental es la publicación que la franquicia Burro Canaglia difundió por internet aquel 12 de enero de 2022, cuando ya llevaba trece días en funcionamiento el restaurante que sufrió el incendio el viernes pasado. La fotografía que distribuyó la cadena hace quince meses no deja lugar a dudas.
Las llamas mataron a dos personas, un camarero de 35 años y una clienta de 43. Además, varios de los que sobrevivieron fueron rescatados en parada cardiorrespiratoria y fueron reanimados en la calle, gracias a la rápida intervención de los servicios de emergencias, facilitada por la proximidad de un parque de bomberos. Varios de los supervivientes acabaron en unidades de cuidados intensivos.