CRIMEN de MANZANARES

Un jubilado adicto a las tragaperras se hizo cómplice del crimen de Manzanares a cambio de 25.000 euros

crimen Manzanares
El jubilado adicto a las tragaperras participó en el crimen de Manzanares a cambio de 25.000 euros

Jubilado, ludópata, okupa y recadero del asesino de Juan Miguel Isla, empresario de Manzanares. Este es el perfil de Gaspar, el hombre de 73 años, que confesó haber ayudado al asesino a borrar las huellas del crimen de Manzanares y deshacerse del cuerpo de la víctima a cambio de 25.000 euros. Gaspar lo hizo por dinero. En los últimos seis meses anteriores a su detención visitó en 282 ocasiones su sala de juegos favorita para tirar el dinero en las tragaperras. Ahora está en prisión provisional acusado del homicidio del empresario.

Los últimos años de la vida de Gaspar no estaban siendo los mejores. El jubilado decía en público que se dedicaba al negocio de alquilar locales, pero los investigadores que le vigilaban por la desaparición del empresario Juan Miguel Isla decían en sus informes que Gaspar pasaba por un «incierto escenario personal». En sus últimos informes los guardias, que tenían pinchado el teléfono del jubilado, hablaban en estos términos:  «Tiene una patología de dependencia al juego». El propio Gaspar, grabado con un dispositivo situado en el coche de su amigo Caba, se confesaba «un poquito ludópata, pero de máquinas».

Lo cierto es que Gaspar okupaba una vivienda en la localidad manchega de Valdepeñas porque no tenía dinero para pagar un alquiler. A menudo, le faltaba para comprar alimentos. El jubilado obtenía  pequeñas cantidades en metálico de su familia o de los recados que le encomendaba su amigo Antonio Caba, un corredor de fincas de Manzanares sospechoso en varios casos de estafa y aficionado a las armas de fuego. Si tenía un euro en el bolsillo, Gaspar corría hasta su sala de juegos favorita, la más cercana a su domicilio. La frecuentaba todos los días, a veces en varias ocasiones, lo suyo eran las máquinas tragaperras.

En esta situación se encontraba el jubilado ludópata la mañana del 22 de julio de 2022 cuando su amigo Antonio Caba le llamó para que fuera a una finca de Manzanares. Gaspar le contó al juez que una vez allí su amigo Caba le enseñó un cadáver en el salón de la casa y le ofreció 25.000 euros por ayudarle a deshacerse de las pruebas. Entre los dos envolvieron el cuerpo con cuerpos y una manta y lo tiraron a un pozo de la finca. Horas después le encargó llevarse el coche de la víctima y abandonarlo en Valdepeñas.

Caba ejercía de corredor de fincas, y esa mañana había acompañado al empresario Juan Miguel Isla a cobrar 50.000 euros del pago de una finca que habían vendido. En menos de una semana la Guardia Civil ya señalaba a Caba como principal sospechoso y a su amigo Gaspar también. En pocas semanas, los investigadores descubrieron que el jubilado fue el último en conducir el coche de la víctima. Unas semanas más tarde descubrieron el vehículo de Juan Miguel Isla donde lo abandonó Gaspar, y en marzo de 2023 la Guardia Civil averiguó que Caba y Gaspar le habían comprado una finca al empresario cuatro días antes de que desapareciera. Fueron allí, registraron el pozo de la finca y hallaron el cadáver de Juan Miguel Isla.

Los detuvieron de inmediato por el crimen de Manzanares. Gaspar confesó en el juzgado su versión: él sólo ayudó a esconder el cadáver y el coche de la víctima. Su amigo Caba le pagó unos cientos de euros, nunca le dio los miles de euros que le prometió. Un día le daba 50 euros, otro 20, tenía miedo de que se lo gastara todo en el salón de juegos.

Tanto Caba como su amigo ludópata Gaspar están desde entonces en prisión provisional acusados del homicidio de Juan Miguel Isla en julio de 2022. La investigación prosigue, pues en 2019 otro empresario desapareció mientras hacía negocios con Caba. La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil sospecha de los dos amigos encarcelados.

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