Investigación
ATENTADO CONTRA VIDAL-QUADRAS

Éste es el joven al que la Policía atribuye el papel de cerebro del atentado contra Vidal Quadras

El supuesto radical chií está obsesionado con el éxito empresarial, la riqueza y los coches de alta gama

Radical chií afín al régimen de los ayatolás, con nacionalidad española y refugiado en Lanjarón, un pequeño pueblo de la sierra granadina, donde finalmente fue detenido. Esa era, en un primer momento, la descripción que se dio del hombre que supuestamente organizó el atentado contra Alejo Vidal-Quadras.

El cerebro de la trama que contrató al sicario franco-tunecino y que realizó vigilancias al domicilio del político catalán como venganza por la posición de Vidal-Quadras contra la política de Irán. Sin embargo, el perfil que analiza la Comisaría General de Información de la Policía Nacional no parece encajar en esa descripción: el detenido en Lanjarón junto a su pareja es un joven obsesionado con el éxito empresarial, la riqueza y los coches de alta gama. Este viernes será interrogado en la Audiencia Nacional.

«¿Sabes lo que quieres? Yo quiero ser millonario y ya sé cómo voy a hacerlo». Naraya G., el joven detenido en la madrugada del pasado lunes en Lanjarón (Granada), dejó patente en sus redes sociales que era una persona marcada por el deseo de triunfo empresarial. Redondeaba esa imagen con fotografías de su vehículo deportivo Chrysler Crossfire de más de 200 caballos de potencia, aunque también se dejaba ver con un Maserati de alta gama. Presumía de un elevado tren de vida, ropa cara y mucho postureo. Montó un negocio de cursos para aumentar seguidores en redes sociales que no llegó a triunfar. Ahora trabaja para una firma dedicada a asesorar y defender a pensionistas a quienes les han estafado con inversiones.

Según confirman fuentes de la investigación, en apariencia su perfil no encaja con su papel en la trama para asesinar a Vidal-Quadras. Con nacionalidad española y de confesión chií, la primera teoría con la que trabajaron los investigadores era la de una persona movida por el ansia de venganza contra el político catalán por significarse contra el régimen de Teherán. El chiísmo es la rama principal del islam en Irán, lo que vendría a reforzar la hipótesis de la vía iraní. Sin embargo, esa teoría se va desdibujando al ritmo que los investigadores avanzan en la trama. «Algo no encaja», explican.

Intermediario

Supuestamente, Naraya fue el cerebro que contactó y pagó al sicario franco-tunecino para hacer el trabajo. O al menos, hizo de intermediario. Se analizan las cuentas bancarias de todos los detenidos -tres, hasta el momento- para arrojar luz sobre las implicaciones de cada uno de ellos.

Según las primeras hipótesis de la Policía, un coche de alquiler a su nombre fue localizado en las inmediaciones del piso del político catalán en Madrid, pero su rastro se perdió hasta que apareció aparcado en Lanjarón. Mal aparcado, y ese fue el detalle que llevó a su localización e identificación.

Naraya, que fue detenido en la vivienda de la sierra granadina junto a su pareja, una joven británica cuya madre lleva años residiendo en Lanjarón, fue captado por cámaras de seguridad próximas al domicilio de Vidal-Quadras realizando lo que parece una vigilancia. Su implicación también le relaciona con la compra-venta de la motocicleta BMW que se usó en el ataque, y que está a nombre de un joven de 22 años de Málaga, Adrián R.B., al que la policía encaja de momento en el perfil de un «propietario pantalla»: le pagaron 500 euros por poner la moto a su nombre.

Ese papel de posible intermediario de Naraya, junto al de mero figurante documental de Adrián, así como la intrascendencia de la pareja de Naraya en la trama, llevan a la Policía a sospechar que tras los primeros tres detenidos puede haber más personas. Los que realmente movieron hilos y que han tratado de ocultar sus pasos tras estas personas, que este viernes declararán en la Audiencia Nacional.

Lanjarón, mudo

Mientras, en Lanjarón, lugar de manantiales en árabe, se ha instalado un velo de silencio sobre los dos detenidos y su entorno. Un pueblo famoso por su agua y de apenas 3.500 habitantes que nunca había salido en las portadas nacionales por cuestiones truculentas como la del atentado contra Vidal-Quadras. Ahora está tomado por las cámaras de televisión.

Sin embargo, quedan vecinos dispuestos a hablar. Algunos le explican a OKDIARIO, que se ha desplazado hasta allí, que los dos jóvenes detenidos no les encajan en el perfil que les atribuyen. Menos aún a Naraya en el de radical musulmán.

«Sabes cómo me llamo, no mi historia. Has escuchado lo que he hecho. Pero no por lo que he pasado», decía Naraya en una de sus publicaciones en redes sociales. Profético, quizás.