Investigación
EN UN ESPACIO DE LA EMPRESA PÚBLICA ADIF

El condenado por el Madrid Arena burla la Ley y reabre su macrodiscoteca con una licencia de restaurante

Más de un millar de jóvenes bailando al ritmo de la música electrónica, dos drag queen sobre el escenario, seis barras para servir copas, un espectacular sistema de luces y sonido, un equipo de seguridad formado por cerca de 20 personas… y ni una sola mesa ni camareros para cenar. Así es el nuevo «restaurante» de Miguel Ángel Flores.

El empresario condenado a cuatro años de cárcel por la tragedia del Madrid Arena ha reabierto su macrodiscoteca de Chamartín utilizando una licencia municipal para «restaurante con espectáculo».

La reapertura de la antigua discoteca Macumba, rebautizada ahora como espacio LAB, se había anunciado inicialmente para el pasado mes de septiembre. Habría resultado una bofetada para las víctimas, ya que el 29 de septiembre se dio a conocer la sentencia en la que Flores ha sido condenado a cuatro años de cárcel por la muerte de cinco jóvenes en la fiesta de Halloween celebrada en el Madrid Arena en 2012.

Finalmente, la inauguración de la sala LAB tuvo lugar el pasado día 18 con una fiesta multitudinaria, como muestra el vídeo que acompaña a esta información. Y este 1 de enero, ha repetido éxito con su fiesta de Año Nuevo.

Sobre el papel, el nombre de Miguel Ángel Flores no aparece por ningún lado. El espacio situado en el ático de la estación de tren de Chamartín está gestionado ahora por el Grupo Alonso –que ha nombrado a Flores director de desarrollo–, mediante una concesión otorgada por la empresa pública Adif.

El «concierto de Año Nuevo» más loco

«No somos una discoteca, sino un restaurante con espectáculo», es la primera respuesta del director de LAB espectáculos, Gonzalo Peña, al atender la llamada de OKDIARIO el pasado viernes.

Así lucía este domingo el local, abierto con una licencia de «restaurante con espectáculo».

La fiesta de este 1 de enero, que se ha prolongado hasta las 5 de la mañana del lunes, «es un concierto de Año Nuevo, viene una orquesta formada por diez músicos profesionales del conservatorio», aclara Peña.

En realidad, no es el Concierto de Año Nuevo de la orquesta filarmónica de Viena, sino que el cartel estaba formado por media docena de conocidos discjockeys. Entre ellos, Óscar de Rivera, Ismael Rivas y Cristian Drak, organizador habitual de fiestas de ambiente gay en las noches de Ibiza.