Investigación

El CNI admite que el imán de Ripoll era su confidente tras fracasar el intento de callar a los fiscales

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI), tras fracasar en su intento de orientar a su favor las investigaciones de la Audiencia Nacional sobre el imán de Ripoll, decidió ayer confirmar las informaciones desveladas por OKDIARIO sobre la condición de confidente del cerebro de la masacre de Barcelona.

Como adelantó este diario, Aldelbaki Es Satty, el imán de Ripoll y jefe de la célula terrorista, fue captado por el CNI en 2014 cuando estaba a punto de cumplir una condena de cuatro años de cárcel por un delito de tráfico de hachís. Es Satty se hallaba preso en la cárcel de Castellón y fue visitado por dos agentes del espionaje español, como ha podido demostrar el Juzgado Central de Instrucción número 4 de la Audiencia, que instruye unas diligencias secretas.

Cuando abandonó la prisión en abril de 2015, el cabecilla del comando yihadista, se vio expuesto a un proceso de expulsión de España, en aplicación de la Ley de Extranjería. Sin embargo, Es Satty sabía que su repatriación a Marruecos, donde había nacido, nunca llegaría porque ya había pactado con los enviados de La Casa, como se conoce a la sede de los servicio de información en la carretera de La Coruña de Madrid. Trabajaría para el CNI, infiltrado en redes yihadistas, a cambio de la residencia y de una cantidad de dinero de los fondos reservados.

En aquellas fechas, Félix Sanz Roldán llevaba al frente de espionaje desde el 2009 y, en ese tiempo, había potenciado el área de terrorismo yihadista con más medios humanos y técnicos. También con mayor presupuesto de fondos reservados. El CNI había emprendido una brillante misión de infiltración en las redes yihadistas y Es Satty era uno más de una veintena de confidentes. Se trataba de uno de los cometidos que por norma realizan los más importantes servicios occidentales y el CNI hizo bien su trabajo. Pero, finalmente, los agentes de quien dependía Es Satty perdieron su control.

‘Operación fiscales’ de la Audiencia Nacional

Hace unas semanas, la dirección del CNI convocó a su gabinete de crisis cuando se enteró que el juez Fernando Andreu, titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, y la Fiscalía de la Audiencia Nacional estaban investigando en secreto los vínculos con los servicios de información del Imán de Ripoll, que había fallecido un día antes de la masacre de Las Ramblas, en la explosión del chalé de Alcanar, en Tarragona, donde los terroristas fabricaban bombas para cometer atentados.

En seguida, los espías de Sanz Roldán pusieron en marcha la Operación fiscales. El objetivo era tender puentes a través de intermediarios para que el propio general-director del CNI pudiera entrevistarse con la fiscal Dolores Delgado.

Los agentes de La Casa sabían que la funcionaria, aunque no estaba adscrita al sumario del atentado de Barcelona -están su jefe y otros dos compañeros- sí era la fiscal coordinadora de terrorismo yihadista de la Audiencia Nacional y conocía las tripas de la investigación sobre el imán espía-confidente.

Durante un tiempo, estuvieron rondando a Dolores Delgado, incluso intentaron utilizar como mediador a un ex magistrado de la Audiencia Nacional, sin que fraguara el plan. La especialista en terrorismo yihadista, con 27 años de experiencia en los Juzgados Centrales, supo sortear la presión de los emisarios del general.

Finalmente, el CNI no logró influir en la Audiencia Nacional para minimizar los efectos de las investigaciones sobre su confidente que, financiado durante años con fondos reservados, logró engañar a sus agentes controladores y montar una célula que acabó en un atentado en La Rambla con 14 muertos. Durante dos años el imán de Ripoll se convirtió en agente doble y logró zafarse de la vigilancia policial de los Mossos, a no ser que la policía autonómica también estuviera al tanto de su infiltración.

En la filtración ayer a El País –el primer medio que recogió a media mañana en su edición digital la versión de los servicios secretos y luego por la tarde la retiró sin dar ninguna explicación– el CNI reconocía la condición de confidente del imán de Ripoll adelantada por OKDIARIO pero mantenía que nunca le había pagado con fondos reservados.

La Casa admitía la captación de Es Satty en la prisión de Castellón pero dejaba en una nebulosa la fecha de hasta cuándo se había mantenido esa colaboración. OKDIARIO, en cambio, desveló que el imán se movía con total impunidad, viajando numerosas veces a Francia, Marruecos y Bélgica con absoluta libertad hasta unos meses antes al atentado. Incluso, viajó a Bruselas en busca de trabajo de donde fue expulsado, a comienzo de 2016, por las autoridades belgas cuando se enteraron de sus antecedentes por tráfico de drogas.

Algunas fuentes señalan que su viaje a Bélgica se debió a un encargo del CNI en busca de información sobre el movimiento yihadista en la capital belga y sus conexiones con España.