Internacional

Trump toma posesión a lo Podemos: «Vamos a quitarle el poder a Washington para dárselo a la gente»

Donald Trump se ha estrenado como presidente de Estados Unidos con un discurso que ha mantenido la coherencia argumental con los mensajes transmitidos durante su campaña presidencial, al mostrar su cara más populista y reaccionaria contra el ‘establishment’, amén de incidir en su férrea defensa proteccionista. “¡América primero!” repitió en varias ocasiones: “A partir de ahora una nueva visión va a gobernar nuestra tierra. Hoy emitimos un nuevo decreto para que se escuche en cada ciudad estadounidense, en cada capital extranjera, en cada lugar de poder. América primero”.

Como ya hiciera durante su campaña, Trump se dirigió principalmente a la “olvidada clase media y trabajadora”, a una ciudadanía a la que prometió “devolver el poder”, que “ya no será de Washington, será de las personas”. “Nunca más volveréis a ser ignorados. Vuestras voces, vuestras esperanzas y vuestros sueños definirán nuestro destino y vuestra valentía nos guiará siempre”.

«Algo nunca visto»

Trump quiso incidir en que su presidencia marcará un punto de inflexión, “no estamos transfiriendo el poder de un gobierno a otro, de un partido a otro”, invitando a los estadounidenses a “formar parte de un movimiento histórico, algo que el mundo no ha visto nunca”. Hasta ahora, afirmó Trump, “un pequeño grupo en la capital de nuestra nación se ha quedado con la recompensa mientras el pueblo se ha quedado con el coste. El ‘establishment’ se protegía a sí mismo pero no a los ciudadanos”.

Recalcó que Estados Unidos dejará de mirar al exterior, criticando de nuevo que el país haya “gastado miles de millones de dólares en defender a otros países mientras nuestra fortaleza ha ido desapareciendo en el horizonte”. De ahí su receta para recuperar los puestos de trabajo reconstruyendo el país con “dos reglas muy sencillas: mano de obra estadounidense contratada por estadounidenses”.

Discurso corto

Fue significativa la corta duración del discurso, que apenas duró 16 minutos pese a que había anunciado que superaría los 20 minutos. Escrito por él mismo, se quedó en 1.433 palabras, siendo el más corto al menos en los últimos 40 años, un tiempo en el que la media se situó en torno a las 2.300 palabras.