Internacional

Los precios no terminan de ajustarse

La inflación en abril se sitúa en el 2,3% interanual, según los datos del indicador adelantado, pero dicha rebaja interanual sólo se debe al efecto estadístico base, al haber crecido más en marzo de 2024, no a una bajada del IPC.

La subyacente se sitúa en el 2% interanual, que sigue mostrando mucha resistencia a la baja, y el IPC armonizado con la UE en el 2,2% interanual, que es el homogéneo con el resto de la UE y sobre el que se basa el BCE como indicador de precios.

No bajan los precios porque mensualmente el IPC crece un 0,1% y la subyacente un 0,4%. Es decir, la inflación repunta, pese al espejismo por efecto estadístico del dato interanual, ya que se produce un crecimiento de la inflación mensual, cosa que ya sucedía en octubre, noviembre, diciembre, enero y febrero, de manera que estamos asistiendo a una tendencia de nuevo ascendente de los precios. El dato definitivo, dentro de unos días, lo confirmará, pero el adelantado es inequívoco al respecto.

Lo grave es que estos ritmos de crecimiento de inflación se producen sobre niveles de precios muy elevados alcanzados en los meses anteriores, con lo que sigue mermando el poder adquisitivo de los agentes económicos. La acumulación del deterioro de dicho poder adquisitivo es intenso y los agentes económicos han ido gastando sus ahorros y ajustando su cesta de la compra.

Es cierto que la rebaja de tipos puede dejarles algo de renta disponible si tienen financiación a tipo variable y se la revisan, pero esa mayor laxitud en tipos puede traducirse en un repunte mayor de la inflación, que es preocupante.
Todo ello, hace que desde que gobierna Sánchez la inflación haya subido un 20,88%, mientras que la subyacente, durante su mandato, lo haya hecho un 18,25%.

Además, la preocupante evolución del crecimiento económico, basado en el gasto público (que ha expulsado a la inversión), ha tensado los precios al alza durante mucho tiempo, con riesgo de rebrote inflacionista, que sería más intenso si sufrimos una guerra comercial, especialmente si en lugar de contestar de manera económicamente racional, con más libertad frente a aranceles, la UE contestase a EEUU con otros aranceles, porque los mismos los sufrirían directamente los consumidores europeos, con presión sobre los precios y posibles efectos de segunda ronda.

La inflación repunta, como prueba el dato mensual, y el resto de indicadores muestra incertidumbre más allá del cortísimo plazo, por lo que se hace más necesario señalar, un mes más, que se lleven a cabo reformas estructurales profundas, que se reduzca el gasto público, que se diseñe un presupuesto base cero que permita ir alcanzando un superávit con el que reducir la deuda en valores absolutos y que se bajen impuestos como elemento de incentivo para la actividad económica, aprovechando en el ajuste presupuestario la recaudación generada adicional derivada en gran parte de la inflación, además de reforzar la seguridad jurídica de la economía, que está maltrecha, especialmente tras la propuesta de condonación autonómica, que sólo introduce riesgos y desigualdad en la economía.

La inflación es un elemento muy peligroso para la economía y no se puede descuidar su control, porque si repunta de nuevo puede incidir muy negativamente en el crecimiento económico y en el empleo, vía efectos de segunda ronda precios-salarios que terminarían por elevar muchísimo los costes y reducir, con ello, la actividad económica, con pérdida de puestos de trabajo.