Internacional
Informe de la ONU

Sánchez destina 2 millones a dos agencias de la ONU que defienden el derecho de los niños a tener sexo

La ONU defiende la despenalización de las relaciones sexuales de adultos con menores

Un informe hecho por el Comité Internacional de Juristas se carga de un plumazo los derechos de la infancia

Montero dice que los niños tienen derecho a sexo «con quien les dé la gana» si hay consentimiento

ERC organiza una gincana sexual para menores de 12 años con posturas del Kama-sutra en Vilasar de Mar

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y la Agencia de la ONU de lucha contra el SIDA (ONUSIDA) recibirán este año 2 millones de euros del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Las dos agencias de Naciones Unidas se han situado en el centro de la polémica tras respaldar un informe que deja abierta la puerta a la despenalización del sexo con niños, una idea en sintonía con lo expresado por la ministra de Igualdad, Irene Montero cuando afirmó en noviembre pasado que los niños tenían «derecho a saber que pueden tener sexo con quien quieran».

El informe publicado por las dos organizaciones de la ONU -costeadas con el dinero de los españoles- en colaboración con la ONG de izquierdas, Comité Internacional de Juristas (CIJ) apoya eliminar de los códigos penales de todos los países del mundo toda «conducta sexual consentida, independientemente del tipo de actividad sexual, el sexo/género, la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de las personas implicadas o su estado civil».

A lo que añaden que «cualquier edad mínima prescrita para el consentimiento sexual debe aplicarse de manera no discriminatoria. La ejecución no puede estar vinculada al sexo/género de los participantes o la edad de consentimiento para el matrimonio. Además, la conducta sexual en la que participen personas menores de la edad mínima de consentimiento para las relaciones sexuales prescrita en el país puede ser consentida de hecho, si no de derecho». En España la edad mínima para consentir una relación sexual se sitúa a partir de los 16 años, por lo que abrir la puerta a que tengan relaciones consentidas parece una clara incitación a la pederastia.

La carrera internacional que persigue Pedro Sánchez le ha llevado a bañar con más dinero que nunca a entidades globalistas que persiguen la Agenda 2030, entre otros objetivos. El caso del Alto Comisionado de Derechos Humanos y ONUSIDA son buenos ejemplos. En el caso del primero, España ha pasado de comprometer 521.122 dólares el año pasado a los 1,1 millones de los tres primeros meses del año, doblando una cifra en 90 días que nada tiene que ver con el comportamiento de otros países.

Por ejemplo, frente al 1,1 millones de España, Alemania sólo ha dado 93.555 dólares; Italia, 129.266; y Reino Unido, 741.491 dólares. Se espera que la aportación española se incremente en los próximos meses.

La misma generosidad de Sánchez con el dinero de los españoles se comprueba con el caso de ONUSIDA donde España ha pasado de no ser donante a destinar también otro millón de euros para financiar las actividades de la organización durante el año en curso. Según la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, «España está predicando con el ejemplo al dar un paso importante para volver a ser donante y ayudar a ONUSIDA a cumplir con la Estrategia mundial contra el Sida 2021-2026. Felicitamos a España por sus esfuerzos y su compromiso renovado con ONUSIDA».

Total contrasentido

El problema de todos estos fondos es que van destinados a sufragar campañas como las que aquí se abordan.

La dimensión de la despenalización del sexo con menores tendría consecuencias en las sociedades no sólo occidentales sino de cualquier rincón del planeta. En primer lugar, porque se carga de un plumazo, por ejemplo, la lucha por los derechos humanos de tantos años o las campañas de sensibilización contra los matrimonios entre adultos y menores de edad en países musulmanes. De hecho, es un propio contrasentido en la propia trayectoria de la organización multilateral.

La agencia de la ONU encargada de defender los derechos de la infancia, UNICEF, ha denunciado en numerosas ocasiones el matrimonio que se contrae antes de cumplir los 18 años y lo ha calificado como una violación de los derechos humanos. Según UNICEF, «las niñas embarazadas tienen más probabilidades de morir a causa de complicaciones durante el embarazo y el parto que las mujeres de entre 20 y 30 años, y es más probable que sus hijos nazcan muertos o mueran en su primer mes de vida».

De acuerdo con los datos oficiales, el 21% de mujeres adolescentes de todo el mundo se han casado antes de llegar a los 18 años. Se estima que 650 millones de niñas y mujeres se casaron siendo menores, una práctica muy habitual en países como Níger (76%), República Centroafricana (68%) y Chad (67%).

Una de las razones de existir de UNICEF es precisamente la abogacía sobre los derechos de los menores y evitar como ellos admiten en su web «25 millones de matrimonios infantiles». Una campaña de la organización versa precisamente sobre el No al matrimonio infantil, de lo contrario de aquí a 2030 estiman que «más de 150 millones de niñas se casarán antes de cumplir la mayoría de edad». Resulta alarmante que haya una organización encargada precisamente de combatir esta práctica habitual en ciertas sociedades y, por otro lado, el órgano máximo de velar por el cumplimiento de los derechos humanos en el mundo se dedique a bendecir y avalar informes que suscriben todo lo contrario, sin hacer referencia al matrimonio infantil, pero sí a lo que ello implica como son las relaciones sexuales de adultos con niñas.

Principios del 8 de marzo

Otros de los disparates recogidos en el documento Principios del 8 de marzo que fueron presentados el mes pasado con motivo del Día Internacional de la Mujer, es que «la aplicación de la ley penal debe reflejar los derechos y la capacidad de las personas menores de 18 años para tomar decisiones sobre la conducta sexual consentida y su derecho a ser escuchados en los asuntos que les conciernen». Es decir, de acuerdo con el Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, que una niña de 12 años sea obligada a dejar sus estudios para contraer matrimonio con un adulto para garantizar la supervivencia económica de sus padres, es el camino a seguir para no «discriminar».

El propio Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, destacó durante la presentación la importancia del Día Internacional de la Mujer: «El día de hoy es una oportunidad para que todos reflexionemos sobre el poder y los sistemas controlados por los hombres».

Su intervención terminó de la siguiente manera: «Me alegro de que hayáis hecho este trabajo, tenemos que utilizarlo y tenemos que hacerlo también en un contexto mucho más político, cuando se trata precisamente de contrarrestar estas dinámicas de poder».

«Francamente, tenemos que plantearnos estas cuestiones y asegurarnos de que serán una parte integral de los derechos humanos en el futuro», concluyó.