Internacional

Irán apoya el avance de Haftar en Libia: «Es una victoria para el eje de la moderación árabe»

La crisis de legitimidad que sufre el régimen iraní y la pandemia del coronavirus que ha provocado la muerte de más de 7.600 personas ha apartado los focos de la situación en Libia, un conflicto que mantiene en vilo a gran parte de los países de la región. Las autoridades del este lideradas por el general Jalifa Haftar controlan la mayor parte del país y desde el pasado mes de abril intentan extender su poder de las regiones que están aún en manos del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA), con sede en la capital. Haftar cuenta con el respaldo de Rusia, Egipto, Emiratos Árabes y Arabia Saudí; mientras que el Gobierno de Trípoli, respaldado por los Hermanos Musulmanes, recibe ayuda militar de Turquía y Qatar.

Irán ve con cautela la situación en Libia y considera que las milicias encabezadas por Haftar suponen una “victoria para el eje de la moderación árabe”, en concreto, para Arabia Saudí y para Emiratos Árabes Unidos, dos potencias aliadas en el sangriento conflicto de Yemen.  En este contexto, Libia está jugando su guerra yendo en contra de sus aliados en Moscú y Damasco y permaneciendo en el eje turco-qatarí con el que se enfrenta en Siria, según han advertido varios estudios realizados en distintos centros de investigación de la República Islámica.

En este contexto, el Centro de Estudios e Investigación Abrar en Irán ha publicado un estudio que explica que «la escena libia ha sido testigo desde el derrocamiento del coronel Muammar Gaddafi y de muchos de sus sucesivos desarrollos y eventos. Aunque la República Islámica no tuvo clave en la escena libia, la entrada de muchas potencias regionales e internacionales en la nación norteafricana, especialmente las fuerzas antiislámicas representadas por el Reino de Arabia Saudí, que a través de su apoyo a las fuerzas del general Haftar, podrían extender su influencia sobre la región del norte de África”, según ha recogido el periódico Africa Gate News.

El Instituto de Estudios Contemporáneos de Teherán en el Golfo Pérsico y África del Norte ha realizado un workshop para analizar la posible implicación de Irán en el conflicto que asola Libia. El diario Al Arab ha afirmado que Teherán está cada vez más implicado con todo lo que acontece en suelo libio y las posibles repercusiones que puede tener esta guerra en el régimen de los mulás. Irán no ha ocultado sus ambiciones de ejercer su influencia en África, unas ambiciones que ha estado persiguiendo desde el comienzo de las distintas primaveras árabes.

El papel de Irán en la región no podría entenderse sin analizar el rol que jugó este país durante la Primavera Árabe. En el caso de Egipto y después de que la revolución de febrero de 2011 derrocara a Mubarak, la situación política en el país se polarizó por completo, enfrentando a los Hermanos Musulmanes con los aliados de Mubarak, representados principalmente por las cúpulas de las Fuerzas Armadas y del poder judicial. La revolución del 30 de junio de 2013 abrió el camino para una alianza entre Teherán y la Hermandad.

“La falta de seguridad y estabilidad en Libia y el surgimiento de la tendencia islámica en la vida política llevaron a la nación norteafricana a entrar en un nuevo conflicto entre la tendencia liberal e islámica” continua la investigación que añade que este enfrentamiento allanó el camino para la aparición de las corrientes takfiristas en el país, lo que elevó la crisis libia a un nuevo nivel.

Libia se convirtió por aquel entonces en un conflicto de intereses entre todas las partes implicadas en la guerra. La presencia de grupos salafistas suscitó preocupación en los países occidentales por temor al retorno del islam extremista una vez más, lo que condujo a que Fayez Al Sarraj fuese nombrado primer ministro del Gobierno de Acuerdo Nacional. “Esta situación no convenció por completo a algunos partidos regionales, porque Al-Sarraj estaba afiliado al movimiento de la Hermandad Musulmana y el conflicto se renovó nuevamente entre las fuerzas de Haftar respaldadas por los Emiratos, Egipto, Francia, Rusia y el GNA, apoyado por Turquía y algunos países occidentales”, concluye esta investigación.