Internacional

Las incertidumbres que plantea la nueva tregua en Libia

El conflicto libio se enquista y se complicada cada año que pasa. Todas las iniciativas para alcanzar la paz y llegar a nuevos acuerdos han quedado en aguas de borrajas. La tregua anunciada este viernes es una puerta abierta a la esperanza, pero no se trata de la primera vez que las partes llegan a un pacto. Los ha habido en el pasado y nunca han llegado a la meta deseada. Además, cuestiones como la presencia de mercenarios, las milicias o el petróleo, son algunos de los puntos que quedan pendientes y que son los asuntos más espinosos para las partes del conflicto libio.

El escenario libio se ha complicado debido a las injerencias de potencias extranjeras y el envío de mercenarios desde Siria a tierras libias. El reparto de las ganancias petroleras también ha quedado fuera del acuerdo. La nueva tregua forma ya parte de una lista de acuerdos que se han ido firmando a lo largo de los años.

Desde que se celebró el Acuerdo de Skhirat en Marruecos en 2015 bajo los auspicios de las Naciones Unidas, se han anunciado varias iniciativas para sacar a Libia de la crisis que siempre han terminado fracasando.

Entre ellos se encuentra el Acuerdo de Skhirat firmado el 17 de diciembre de 2015, después de meses de negociaciones entre representantes de la sociedad civil y representantes libios en Marruecos, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, que preveía la formación de un Gobierno de Acuerdo Nacional con sede en Trípoli.

Pero el parlamento elegido en 2014 y el Congreso Nacional, un consejo de transición que fue elegido en agosto de 2012, formularon reservas sobre el acuerdo. En noviembre de 2018, Italia, la antigua potencia colonial de Libia, organizó una conferencia internacional en Palermo para intentar lograr un nuevo acercamiento entre las partes, pero la conferencia fracasó debido a las continuas divisiones entre los libios y las intervenciones extranjeras, especialmente turcas.

El 28 de febrero de 2019, Naciones Unidas anunció un nuevo acuerdo concluido en Abu Dabi durante una reunión entre Sarraj y Haftar sobre la celebración de elecciones en Libia, pero sin especificar un calendario y no se implementó. El 20 de marzo de 2019, la misión de las Naciones Unidas a Libia anunció una «conferencia nacional» a mediados de abril en Ghadames (centro), durante la cual se trazaría una «hoja de ruta» para sacar al país de la crisis, pero los acontecimientos sobre el terreno se produjeron contra los vientos del consenso.

El reciente aumento de las intervenciones turcas y la transferencia de mercenarios han alimentado el conflicto y profundizado en el caos de Libia. Después de tantos fracasos…es difícil saber si los puntos acordados en el nuevo acuerdos serán respetados o volverán a quedar en papel mojado.

Buena acogida

La Liga Árabe, Arabia Saudí, Jordania y Egipto han celebrado el alto el fuego alcanzado por los dos gobiernos en Libia, en conflicto desde 2015, que entrará en vigor la semana que viene tras quince meses de intensos combates.

La Liga Árabe ha dado la bienvenida en un comunicado al «compromiso de un alto el fuego inmediato y al cese de todas las operaciones militares en el territorio libio», que en los últimos 15 meses han segado la vida de más de 1.800 personas -400 de ellas civiles-, causado heridas a más de 20.000 y obligado a más de 150.000 a abandonar sus hogares y convertirse en desplazados internos.

En la nota, el organismo también ha celebrado que las dos partes se comprometieran a «trabajar para lograr acuerdos sobre la reanudación integral de las operaciones de producción y exportación de petróleo», y así «pasar página en el conflicto (…) para alcanzar una solución pacífica integral en la crisis libia».

Asimismo, la Liga Árabe ha expresado su «esperanza» de que este paso conduzca a «un acuerdo oficial, permanente y completo de alto el fuego bajo los auspicios y la supervisión de Naciones Unidas» para «poner fin a las intervenciones militares extranjeras y a la presencia de los mercenarios» que participan en el conflicto.

Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Arabia Saudí también ha celebrado la tregua y destacó la «necesidad de iniciar un diálogo político interno que coloque el interés nacional libio por encima de todo y establezca una solución permanente (…) y que evite la injerencia externa que ponga en peligro la seguridad regional árabe», según un comunicado.

El Ministerio de Exteriores de Jordania y el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, también han aplaudido la acción e instaron al Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU en Trípoli (GNA) y al Ejército Nacional Libio (LNA) del mariscal Jalifa Haftar a alcanzar un alto el fuego permanente para restablecer la seguridad de Libia y evitar «injerencias externas».

La tregua anunciada este viernes, respaldada por separado tanto por el jefe del GNA, Fayez Serraj, como por Aquila Saleh, líder del Parlamento en la ciudad oriental de Tobrouk, tutelado por Haftar, es la tercera que se anuncia en los seis últimos meses y se produce en vísperas de la reunión de paz que auspiciará la ONU la próxima semana en Suiza.

Ambos contendientes mantienen sus fuerzas desplegadas a lo largo del estratégico golfo de Sirte, el corazón de la industria petrolera libia, desde que a finales de mayo las milicias afines al GNA, apoyadas por miles de mercenarios sirios enviados por Turquía, lograran quebrar el asedio a Trípoli y hacer retroceder a las tropas y soldados de fortuna extranjeros bajo el mando de Haftar.