El ex presidente de Perú Alejandro Toledo condenado a más de 20 años de cárcel por corrupción
Como cada vez que ha aparecido en las últimas décadas una ilusionante figura de izquierdas en Sudamérica, el resultado han sido juicios, procesos, sentencias y condenas -sin entrar ya en las galopantes crisis económicas desatadas por la mayoría de estos mandatarios-. El último caso es el de Alejandro Toledo, presidente de Perú entre 2001 y 2006 y que ha sido condenado a 20 años 6 seis meses de cárcel por corrupción, como culpable de colusión y blanqueo de dinero en el caso Interoceánica Sur, que conecta Perú con Brasil.
«Se coludió con particulares interesados como Odebrecht para que, mediante una coima (soborno) de 35 millones de dólares se otorgara a la empresa brasileña la licitación de la construcción de los tramos 2 y 3 de la carretera Interoceánica, causando perjuicio al Estado», señala el veredicto. En un adelanto del fallo desde la sala de audiencias del penal de Barbadillo, donde se encuentra recluido desde su extradición de Estados Unidos, la jueza Inés Roja Contreras, del Segundo Juzgado Penal Colegiado Nacional, ha resuelto imponer nueve años de prisión por el delito de colusión y once años y seis meses por el delito de lavado de activos.
Tal y como ha explicado, el empresario israelí Josef Maiman era el encargado de canalizar el dinero que la empresa brasileña Odebrecht iba a entregar a Toledo por los proyectos de su Gobierno. El entonces mandatario se reunió en el Palacio de Gobierno con funcionarios para agilizar la licitación a favor de dicha compañía.
En el proceso, han recibido a casi 120 testigos y se han verificado 175 audiencias, comprobando más de un millas de pruebas documentales. Durante su última audiencia del juicio, Toledo, 78 años, pidió a los jueces que le dejen «curar o morir» en su casa tras reiterar su inocencia en el alegato final y después de mencionar que padece cáncer y problemas de corazón.
«Rosario de irregularidades»
Roja ha señalado que «como primera autoridad administrativa de todo el Estado, (debía) proteger y velar por el correcto funcionamiento de la administración y los intereses patrimoniales de la administración pública, en el ámbito de la contratación pública». «Tenía el deber de actuar con neutralidad absoluta, imparcialidad política, económica o de cualquier otra índole en el desempeño de sus funciones, demostrando independencia a sus vinculaciones con personas, partidos políticos o instituciones», ha recogido la emisora de radio RPP.
«Al haberse demostrado una serie o un rosario de irregularidades, una injerencia inusitada, una aceleración del proceso y la intervención directa e indirecta de Toledo en el proceso, Toledo ha realizado la conducta típica de la infracción del deber, defraudando al Estado», ha relatado.
Con esta sentencia, Toledo se convierte en el primer ex presidente de Perú en ser sentenciado por la operación Lava Jato, que estalló en Brasil y que implicó a la constructora Odebrecht en una red internacional con la que había instaurado la corrupción a nivel institucional en más de una decena de países de América Latina.
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