El Ejército birmano admite haber matado a 10 «terroristas» rohingya a los que había capturado

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Miles de personas de etnia rohingya huyen de Birmania a Bangladesh. (AFP)

El Ejército de Birmania ha reconocido este miércoles que sus soldados mataron a 10 «terroristas» musulmanes que habían capturado durante los ataques insurgentes a principios de septiembre después de que residentes budistas locales obligaran a los capturados a entrar en una fosa que habían cavado.

«Residentes y miembros de las fuerzas de seguridad han confesado que cometieron el asesinato», ha informado el Ejército en un comunicado, en una inusual admisión de actuación indebida por parte de los militares durante sus operaciones contra los insurgentes rohingya en el estado de Rajine, en el oeste del país.

El Ejército lanzó una contraofensiva en el norte de este estado en respuesta a los ataques de los milicianos el 25 de agosto, lo que desencadenó el éxodo de más de 650.000 rohingyas hacia el vecino Bangladesh. Naciones Unidas ha calificado la campaña militar de limpieza étnica, algo que Birmania niega, asegurando que sus fuerzas llevaron a cabo acciones legítimas.

El Ejército había anunciado el pasado 18 de diciembre el hallazgo de una fosa común con diez cuerpos en la localidad costera de Inn Din, a unos 50 kilómetros al norte de la capital del estado, Sittwe, y designó a un alto oficial para que lo investigara.

Este miércoles, el Ejército ha desvelado que su investigación determinó que miembros de las fuerzas de seguridad mataron a los diez y ha asegurado que se emprenderán acciones contra ellos.

Las fuerzas de seguridad han venido realizando «operaciones de limpieza» en la zona desde el 1 de septiembre, cuando «200 terroristas bengalíes atacaron usando palos y espadas», ha explicado el Ejército en un comunicado en su perfil en Facebook el comandante en jefe, el general Min Aung Hlaing.

El Ejército suele referirse a los miembros de la minoría musulmana rohingya como «bengalíes», término que los rohingya rechazan porque consideran que implica que son inmigrantes ilegales de Bangladesh.

Diez de los atacantes fueron capturados después de que las fuerzas de seguridad expulsaran al resto disparando al aire, según el comunicado. Los detenidos deberían haber sido entregados a la Policía, en línea con los procedimientos, pero los milicianos estaban atacando «continuamente» y habían destruido dos vehículos militares con explosivos, explica el comunicado.

«Se vio que no se daban las condiciones para trasladar a los diez terroristas bengalíes a la comisaría y por eso se decidió matarlos», argumenta en Ejército, en referencia a los hallazgos del equipo investigador.

Residentes budistas de Rajine enfurecidos y que habían perdido a familiares en el ataque querían matarlos y les apuñalaron tras obligarles a entrar en una fosa en los alrededores de la localidad, donde luego miembros de las fuerzas de seguridad les dispararon hasta matarles, según la versión del Ejército.

«Se emprenderán acciones contra los residentes (…) y los miembros de las fuerzas de seguridad que violaron las reglas de enfrentamiento conforme a la ley», ha asegurado el Ejército. También se emprenderán acciones contra aquellos que no informaron del incidente a sus superiores y los responsables de supervisar la operación, ha precisado.

La investigación del Ejército ha estado encabezada por el teniente general Aye Win. El mismo oficial estuvo a cargo de una investigación más amplia sobre la actuación de las tropas en la operación en Rajine que el pasado noviembre concluyó que no se habían cometido atrocidades.

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