Internacional

Los republicanos interrogan 11 horas a Clinton por el asesinato del embajador en Libia en 2012

Hillary Clinton tuvo que responder este jueves por el atentado islamista contra el consulado de la ciudad libia de Benghazi en septiembre de 2012, por el que murieron cuatro estadounidenses, entre los que se encontraba el embajador, Christopher Stevens. Ante la comisión parlamentaria que investiga los hechos, la secretaria de Estado negó que ordenada reducir la seguridad en aquella franquicia diplomática, versión que pusieron en cuestión los republicanos.

Clinton no eludió sin embargo su responsabilidad por el cargo que ostenta y no negó que la matanza se pudiera haber evitado. «He pensado en lo que pasó mucho más que todos ustedes juntos. He perdido más sueño que todos ustedes juntos. He exprimido mi cerebro sobre lo que se podría haber hecho, lo que se debía haber hecho», manifestó ante los interrogadores, que la culparon del «desastre» en que se ha convertido Libia en buena parte por su estrategia.

Clinton rechazó las «dolorosas acusaciones» y llamó a no insistir en posibles errores del pasado para no condicionar la acción exterior de Estados Unidos: «Necesitamos liderazgo interno para llevarlo fuera, el tipo de liderazgo que pone antes la seguridad nacional que los intereses políticos o la ideología». La candidata republicana no se despidió sin recalcar que su presencia allí se debía a querer «honrar» a los que perdieron aquella trágica jornada.