Internacional

27 de las víctimas de Estambul eran extranjeros visitando la ciudad turca

Turquía lanzó un gran despliegue para capturar al autor del atentado contra una discoteca de Estambul, que dejó 39 muertos, incluyendo muchos extranjeros que celebraban el Año Nuevo, pero este lunes más de 24 horas después de la matanza, el asaltante seguía en fuga y no había ningún inculpado.

Ningún grupo se ha atribuido el ataque y reina la confusión sobre el perfil del autor, después de que las autoridades prohibieran difundir imágenes de la matanza.

El ataque, ocurrido a pocas horas del Año Nuevo, golpeó al país que en 2016 ya había sufrido una ola de atentados atribuidos grupo Estado Islámico (EI) y a rebeldes kurdos, un golpe de estado fallido y la represión posterior.

La agencia de noticias Firat, cercana a la rebelión separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) informó que el líder del grupo, Murat Karayilan, negó que ninguna organización kurda estuviera implicada.

El asaltante abatió a un policía y a un civil que se encontraban delante de la discoteca, el exclusivo club Reina, informó el gobernador de la ciudad, Vasip Sahin.

Después comenzó a disparar contra las cerca de 700 personas que se encontraban en el lugar.

La televisión NTV afirmó que el atacante había disparado entre 120 y 180 veces durante unos siete minutos sembrando el pánico, lo que hizo que incluso algunas personas se lanzaran a las gélidas aguas del estrecho del Bósforo para escapar a la matanza.

El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que la matanza buscaba sembrar el caos, pero prometió que el país no se doblegará ante la amenaza.

27 extranjeros muertos

Según el último balance de las autoridades, 39 personas murieron y 65 resultaron heridas.

La agencia de prensa turca Anadolu informó que 27 de las víctimas eran extranjeras, citando a una fuente del ministerio de Justicia.

El domingo, varios ministerios de Relaciones Exteriores de distintos países fueron informando las identidades de las víctimas.

Entre los fallecidos hay un ciudadano turco con nacionalidad belga, tres jordanos, tres libaneses, una joven árabe-israelí, tres iraquíes, dos indios, un kuwaití, un libio y dos marroquíes.

Un tunecino y su esposa, que tenía además la nacionalidad francesa, también se encuentran entre las víctimas mortales.

El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, informó que una ciudadana de su país falleció en el ataque.

El consulado de Riad en Estambul informó que hay varias víctimas sauditas, pero no entregó cifras.

La agencia rusa TASS indicó que una joven rusa murió en el ataque.

El primer ministro turco Binali Yildirim no indicó si los investigadores estaban privilegiando alguna hipótesis, pero señaló que las pesquisas estaban siendo «muy minuciosas» para identificar al agresor.

«Las operaciones de búsqueda del terrorista están todavía en curso. Espero que sea capturado rápidamente», declaró el ministro del Interior, Suleyman Soylu.

‘Nuestro corazón está sangrando’

El domingo, los viandantes dejaban flores y velas bajo la mirada de una decena de policías armados con metralletas que seguían custodiando el lugar.

«Nuestro corazón está sangrando», escribió el dueño del club atacado, Mehmet Kocarslan.

El futbolista Sefa Boydas, presente en la fiesta, contó a la AFP que, conforme avanzaba para escapar de la pesadilla, las personas se pisoteaban las unas a las otras.

«Probablemente hay más (muertos), porque a medida que yo avanzaba, algunas personas pisoteaban a otras», contó.

Las autoridades turcas habían anunciado un despliegue de 17.000 policías en Estambul en el marco de los festejos del Año Nuevo.

La matanza cristalizó los temores de que se produjera un gran atentado, después del ataque del pasado 19 de diciembre contra un mercado de Navidad en Berlín.

El ataque suscitó una ola de reacciones de indignación en el mundo. Washington, Moscú, París y Berlín, así como el papa Francisco, lo condenaron con firmeza.