¿Cómo se hace?
Alimentos

Trucos para congelar la calabaza

Desperdiciar verduras que no hemos comido en su totalidad no tiene sentido, por lo que es conveniente guardarlas en el congelador para poder consumirlas en algún otro momento. Hay maneras de congelar la calabaza para que conserve todas sus propiedades y puedas recurrir a ella cuando no sepas qué cenar o almorzar.

A diferencia de otros productos alimentarios, la calabaza puede congelarse perfectamente preservando su aroma, su sabor e incluso su textura, por lo que es ideal para prepararla el fin de semana y descongelarla durante la semana.

Los trucos para congelar la calabaza

No todas las calabazas son iguales

Antes de entrar en los detalles del proceso de congelación de la calabaza, es importante destacar que no todas ellas resisten la misma cantidad de tiempo en esta condición. Eso depende de qué clase de calabaza se trate.

Por su piel más gruesa, la calabaza de invierno puede conservarse hasta seis meses en el congelador, mientras que la calabaza de verano con su piel más fina durará como máximo un mes en la nevera.

Recomendaciones para descongelar vegetales

Hecha la aclaración anterior, es indispensable que prepares este ingrediente de futuras comidas para congelarlo. Esto se aplica no sólo a la calabaza sino a cualquier verdura porque cada una tiene ciertos requisitos que cumplir.

Básicamente, la mayoría tiene en común que no deben congelarse con agua ni con aire, ya que estos elementos favorecen la oxidación del vegetal y es probable que su ciclo de vida se acorte, o que sus cualidades cambien.

Entonces vas a necesitar unos cuantos recipientes con cierres herméticos, como bolsas, tarros o bien tuppers. Tantos como raciones quieres preservar, ya que la idea es que no las descongeles en más de una ocasión. Asimismo, te aconsejamos marcar cada uno de los recipientes con etiquetas informando su contenido.

En dados, el mejor modo de conservar la calabaza congelada

Aunque podemos guardar la calabaza como se nos antoje, los dados son el formato que se suele aconsejar porque es el más versátil una vez que el alimento se descongela, permitiendo prepararlo en minutos con diversos resultados.

Para hacerlo correctamente, corta la calabaza en dados de unos dos a tres centímetros de lado, lávalos y espera a que se sequen. Una vez secos, mételos en los recipientes herméticos por raciones individuales y/o familiares.

Un truco para que no se adhieran es extenderlos en una bandeja, taparlos con papel film y llevarlos al congelador. Pasadas dos horas los cubos estarán congelados, y cuando los almacenes en el recipiente no se pegarán entre sí.