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Alimentos

Las señales que indican que el pescado que consumes ya no está fresco

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El consumo regular de pescado es ampliamente reconocido por sus numerosos beneficios para la salud, ya que es una excelente fuente de ácidos grasos omega-3, proteínas vitaminas y minerales esenciales. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda consumir al menos tres raciones de pescado a la semana.

¿Cómo se puede determinar la frescura del pescado a la hora de comprarlo? Es esencial observar cambios en su brillo, textura, color y olor, ya que éstos pueden indicar la presencia de reacciones enzimáticas, químicas y bacterianas relacionadas con la descomposición del pescado. Saber reconocer éstos signos en la pescadería es crucial.

¿Cómo saber si el pescado está fresco?

En primer lugar, la apariencia del pescado es clave; un pescado fresco tiene colores vibrantes y brillantes. Además, al acercarse, su aroma marino delicado debe evocar la brisa salada del mar y el océano, siendo un aspecto muy importante a considerar.

Además, observar el ojo del pescado es revelador: un ojo claro con una pupila negra y no hueca sugiere que la captura ha sido reciente y la conservación del pescado es la adecuada. Las agallas también son un aspecto crucial: unas agallas de color rojo brillante señalan la frescura del pescado. Finalmente, al revisar las vísceras, éstas deben estar limpias, libres de impurezas y brillantes.

Otro indicador a tener en cuenta es la rigidez del cuerpo: un pescado fresco conserva su firmeza, lo que evidencia que su carne está bien tonificada. Por otro lado, al tocarlo, su textura firme tiene que confirmar su frescura. Al examinar las escamas, si éstas están pegajosas, podría ser un signo de deterioro.

Etiquetado

Al comprar pescado fresco, es crucial prestar atención a la etiqueta que lo acompaña, la cual proporciona información clave sobre su origen y calidad. Éstos son los datos más relevantes a los que debes prestar atención:

Pescadería

Determinar si una pescadería es de fiar implica observar ciertos indicadores clave, tal y como explica la OCU. En primer lugar, es bueno que el pescado esté envuelto en hielo o colocado sobre una base de hielo, lo cual ayuda a mantener su frescura. Además, es importante que no haya grandes acumulaciones de pescado en la pescadería, ya que esto podría indicar una falta de rotación de productos.

Colocar el pescado en cajas sobre una superficie inclinada es otra práctica que favorece la conservación, permitiendo que los líquidos se escurran como es debido. Por otro lado, es crucial evitar fuentes de calor, como focos de luz dirigidos al pescado, ya que ésto puede acelerar su deterioro.

Por último, no e recomendable que se riegue o pulverice el pescado con agua, ya que esto podría ocultar su falta de frescura al hacer que brille artificialmente. En su lugar, es preferible buscar establecimientos que sigan estas prácticas para garantizar la calidad y frescura del producto.

Consejos de conservación

Conservar el pescado de manera adecuada es fundamental para mantener su frescura y calidad. Para empezar, es recomendable quitarle las vísceras lo antes posible, a menos que sean necesarias para su preparación. Después, es importante lavarlo bien por fuera y por dentro, asegurándose de limpiar la cavidad abdominal de manera adecuada.

Una vez limpio, lo mejor es guardar el pescado en un envoltorio o envase hermético para evitar que se reseque y para prevenir que sus jugos contaminen otros alimentos en la nevera. Si vas a consumir el pescado en un plazo de 48 horas, es mejor guardarlo en la nevera, donde la temperatura se mantenga cerca de los 0 ºC.

Si no vas a consumirlo en los próximos dos días, es recomendable congelarlo. El pescado azul puede aguantar hasta tres meses en el congelador, mientras que el pescado blanco se puede conservar hasta seis meses. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los peces pequeños, como las sardinas, no suelen ser ideales para congelar, excepto para eliminar el anisakis.