¿Cómo se hace?
Psicología

Cómo diferenciar la envidia de los celos

Dos de los sentimientos más comunes que expresamos los seres humanos a lo largo de nuestra existencia tiene que ver con cosas que nos afectan a nosotros y a los demás. También dos de los que peor prensa tienen por cuestiones obvias. Tanto es así, que muchas veces se argumenta que es “envidia sana” o “celos por amor”, como para intentar suavizarlos. Veamos cómo diferenciar la envidia de los celos.

Pero no vamos a detenernos en la procedencia de estos sentimientos, ni en qué tan buenas sean las intenciones de quienes los tienen, sino más bien en un error muy común que observamos. Éste tiene que ver con la habitual confusión que se produce entre envidia y celos, creyendo muchas personas que se trata de la misma actitud cuando, en realidad, son expresiones diferentes, y que no deben mezclarse.

Cómo diferenciar la envidia de los celos

Si bien estas dos emociones se asemejan entre sí porque son algo turbias, eso no necesariamente quiere decir que signifiquen lo mismo, y esto puede provocar malentendidos en alguna charla.

Para explicar la distinción entre ambos sentimientos, hay que recurrir a la psicología, y a los varios estudios que a lo largo de la historia se han desarrollado en la temática, sobre todo enfocados en sus orígenes.

En líneas generales, se define a la envidia como la tristeza o el pesar disparado por el bien ajeno. Puede ser envidia por cuestiones concretas, materiales como abstractas, intangibles. Es igual.

Por otro lado, comúnmente se define a los celos como la desconfianza, la sospecha y el recelo, justamente, de que la persona amada no esté respondiendo a ese cariño que se le está brindando.

Podríamos decir, entonces, que la envidia sólo es posible cuando queremos algo que no tenemos, mientras que los celos sólo son posibles cuando tenemos algo, y creemos que podemos perderlo.

Los celos, asunto de pareja

La envidia puede ser expresada en casi cualquier situación, independientemente de la relación entre quien envidia y quien es envidiado por lo que es más común y más pasajera.

Los celos, en cambio, son expresados normalmente en entornos de pareja, en el que uno de los cónyuges adopta esta postura como un reclamo hacia el otro por creer que le pertenece, al pensar que no están dedicándose en igualdad de condiciones, y que hay otro interés ajeno que puede sustituirle.

Por esto mismo, la envidia suele involucrar a dos personas, al tiempo que los celos suelen involucrar a tres, incluso cuando una de éstas ni siquiera está enterada de lo que está sucediendo.