¿Sabías que un perro descubrió las cuevas de Altamira?

En 1868, un perro llamado «Rob» descubrió uno de los descubrimientos más importantes de la historia de España: las cuevas de Altamira. Las cuevas de Altamira son un conjunto de cuevas prehistóricas ubicadas en Cantabria, España. Contienen pinturas y grabados que datan de hace 15.000 años. Rob, un perro pastor de pelo negro y blanco, fue el protagonista de esta increíble historia. Él fue el primero en descubrir las cuevas de Altamira, pero el mérito de descubrir las pinturas se le atribuye al arqueólogo Marcelino Sanz de Sautuola.

El perro Rob en acción

La historia de cómo Rob descubrió las cuevas de Altamira es increíble. Un día, Rob se escapó de su casa y corrió hacia las cuevas. Cuando el arqueólogo Sanz de Sautuola y su hija se acercaron a investigar, vieron que Rob estaba husmeando alrededor de una entrada de la cueva. El arqueólogo se dio cuenta de que era una entrada a una cueva y decidió entrar. Cuando Don Marcelino entró en una de las cuevas de la zona, su perro comenzó a cavar frenéticamente en el suelo. El cazador notó que había algo especial en el comportamiento del animal y decidió investigar. Lo que descubrió lo sorprendió: había una capa de pinturas rupestres en las paredes de la cueva.

Estas pinturas eran increíbles y muy bien conservadas. Esta fue la primera vez que se descubrieron pinturas prehistóricas. A partir de entonces, Don Marcelino comenzó a investigar la cueva y a descubrir nuevas pinturas. Algunas de ellas databan de más de 15.000 años atrás. Esto hizo que la cueva se convirtiera en uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la época.

Rob recibió muchos elogios por su descubrimiento. La ciudad de Altamira le otorgó el título de «Perro de la Cueva», y una calle de la ciudad lleva su nombre.  Años más tarde el descubrimiento fue reconocido como uno de los más importantes de la historia, pero siempre se había olvidado de que fue un perro el que lo hizo posible.

Algunos datos de las cuevas

Las Cuevas de Altamira, ubicadas en el pueblo de Santillana del Mar, Cantabria, España, son uno de los sitios de arte rupestre más emblemáticos del mundo. Estas cuevas albergan una gran variedad de arte rupestre de gran calidad, incluyendo pinturas de caballos, bisonte, bisontes, cabras, osos, aves y otros animales. También hay grabados rupestres, algunos de los cuales pueden ser vistos desde el exterior. Son uno de los sitios Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, se consideran una de las mayores joyas de la prehistoria.

Esta zona está protegida y los visitantes no pueden ingresar sin una autorización especial, pero se pueden ver las pinturas y grabados desde la entrada. Además de la increíble arte y grabados encontrados en las cuevas, también hay una gran cantidad de objetos encontrados allí, como herramientas, armas, huesos y otros objetos que datan del Paleolítico cercano y Medio. Estos objetos fueron encontrados en el mismo lugar donde se encontraron las pinturas y grabados, lo que sugiere que las cuevas de Altamira fueron utilizadas como un lugar de culto o ceremonias.