‘Vikings’ vuelve a los orígenes en un último capítulo con mucho significado

La quinta temporada de ‘Vikings’ ha sido, muy probablemente, la más criticada de la serie. Para muchos, han sobrado tramas y ha faltado algo de interés en la historia principal. Sin embargo, en los últimos compases de la misma, todos los hilos se han ido agrupando y Michael Hirst ha vuelto a dar en la tecla correcta. Quizá con mas acierto que nunca.

Después de haber visto el último episodio de esta quinta entrega, nos atrevemos a decir que estamos ante uno de los mejores cierres de la historia de la serie. Un cierre en el que ‘Vikings’ regresa a sus orígenes y vuelve a unir la historia de los hijos de Ragnar Lothbrok con la del mítico rey, de una manera maestra e inesperada. (Cuidado, vienen los spoilers).

Con la trama de Floki en el aire, sin prestarle demasiada atención, el foco de este capítulo final se encuentra en Kattegat. Allí, los caminos de los hijos de Ragnar han vuelto a unirse, aunque probablemente no como le hubiera gustado a él. Con un Ivar completamente deshumanizado, unos Björn y Hvitserk sedientos de venganza y de justicia y un Ubbe que quiere regresar a casa, que quiere volver a su hogar; la batalla está servida.

Pese a que cree tenerlo todo controlado, el refuerzo de las defensas de Kattegat no le sirve de nada a Ivar cuando es traicionado por Freydis. Su esposa, quien en su día fomentó esa tiranía que ha acompañado el reinado del hijo menor de Ragnar Lothbrok, no es capaz de perdonar el asesinato de su hijo y abre las puertas de la ciudad a los ejércitos encabezados por Björn, Harald y Hvitserk.

Es entonces cuando el Deshuesado pierde la poca humanidad que aún conservaba y asesina al amor de su vida, justo antes de huir para evitar que sus hermanos acaben con él. Una decisión que, en parte, ha sorprendido, pero que nos ha recordado el carácter asustadizo que siempre estuvo presente en este personaje.

Las diferentes batallas que vemos en el capítulo final han superado nuestras expectativas, los giros de guión nos han sorprendido y la reunión de los hijos de Ragnar Lothbrok (aunque sin abrazo y reconciliación entre Hvitserk y Ubbe) nos ha emocionado. Pero más allá de la historia, más allá de la guerra, más allá de la victoria, lo que realmente nos ha atrapado ha sido el final del episodio.

Sin que nadie lo esperara, hemos viajado en el tiempo junto a Björn, concretamente a una de las conversaciones más especiales del actual rey de Kattegat (título logrado tras la victoria frente a Ivar) y su padre, Ragnar Lothbrok. Ante nosotros, la figura del mítico rey, al que tanto echamos de menos, recordando a su hijo que el poder sólo es para algunos, y que tiene efectos en ellos.

La conversación entre padre e hijo y el regreso de Ragnar han gustado, pero no por encima del verdadero significado de la escena. Ese paralelismo entre un personaje y otro, esa muestra clara de la toma de testigo y esa señal que nos indica que Björn Ironside es el verdadero héroe de nuestra historia, el verdadero protagonista, el verdadero personaje mítico. Al menos en este momento.

El regreso a la cultura vikinga

Uno de los puntos fuertes de ‘Vikings’ es la presencia de esa historia y esa cultura vikinga, que en este último episodio han tenido un importante papel. Una de esas escenas que van a permanecer en nosotros durante muchos años es la que precede a la batalla de Kattegat, en la que se nos narra el Ragnarok, ese Apocalipsis en el que Odín muere a manos de una serpiente.

Precisamente con esto, una vez más, están jugando con las comparativas, haciéndonos pensar que el enfrentamiento entre los hijos de Ragnar es precisamente ese Apocalipsis del que habla su cultura. Una guerra que puede acabar con su mundo, con todo lo que han construido y que, como escuchamos en la voz del Oráculo, no ha terminado.

Sexta y última temporada

Con este final, nos despedimos de ‘Vikings’ hasta el próximo mes de noviembre (o incluso diciembre), cuando se espera que se estrene la sexta y última temporada de la serie. El adelanto de la misma nos ha dejado claro que los hijos de Ragnar volverán a enfrentarse, que Ivar encontrará un aliado en uno de sus hermanos y que la muerte va a estar muy presente. Ahora sólo tenemos la certeza de que la espera va a ser demasiado larga.