Jorge Javier Vázquez reconoce que la muerte de Álex Lequio le ha dejado “descolocado”

El pasado 13 de mayo una noticia terrible nos sorprendía a todos. A los 27 años de edad, Álex Lequio fallecía tras dos años y medio luchando contra el cáncer. El hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio llevaba desde el 10 de marzo ingresado en un hospital de Barcelona donde recibía un nuevo tratamiento. Su muerte ha sido un duro golpe para la familia y amigos, quienes han querido despedirse públicamente. El último en hacerlo ha sido Jorge Javier Vázquez en la revista ‘Lecturas’.

El presentador ha reconocido que el fallecimiento de Álex Lequio le ha dejado “descolocado”. “Hay muertes que te impactan más que otras. Me sobrecogió la de Bimba Bosé y me dejó muy tocado la de Álex, quizás porque ambos optaron por luchar y huir del dramatismo. Y no cabe duda de que también cuenta que a los dos los conocíamos desde que nacieron. Libraron la batalla con la mejor de sus sonrisas, al menos públicamente. En ninguno de los casos pensé que morirían. Pero ha sucedido. Demasiado jóvenes para irse”, confesaba Jorge Javier.

Este sábado 16 de mayo, Ana y Alessandro daban el último adiós a su hijo Álex. Los restos mortales del joven llegaban desde Barcelona a Madrid y sus padres pudieron despedirse de él en el tanatorio de La Paz. Un último adiós que debido a la crisis del coronavirus no pudieron estar acompañados por todos los amigos y familiares.

“El miércoles hablo con más amigos y me reconocen que les ha sucedido lo mismo que a mí, que la noticia de la desaparición de Álex Lequio les ha descolocado”, seguía explicando. “Uno de ellos me cuenta que, pese a no conocerlo personalmente, ha acabado llorando.», añadía el presentador.

Jorge Javier Vázquez terminaba admirando la labor de los padres que ahora deben de hacer frente a la pérdida de su hijo. “No tengo ni la más remota idea de los mecanismos que debemos emplear para hacer frente a algo tan espantoso e intentar salir adelante. Quiero pensar que algo debe ayudar saber que un hijo ha dejado tan buen recuerdo entre todos aquellos que lo conocieron y un inexplicable dolor en todos los que no llegaron a tratarle en persona”, terminaba.