Televisión

‘First Dates’: un comensal se queja de la comida del restaurante del programa

First Dates.
First Dates.
Idania Monzón
  • Idania Monzón
  • Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual. Escribo sobre la actualidad televisiva y musical. Además, me gusta investigar y hablar sobre todo lo relacionado con las ficciones del momento, tanto de la pequeña como gran pantalla.

Una noche más, First Dates regresó a la parrilla televisa para presentar a los espectadores los nuevos comensales que se han apuntado al reto del amor de Cuatro. Un encuentro donde pudimos conocer a Roser y Albert, quienes fueron el claro ejemplo de lo que no es la atracción a primera vista.

El primero en llegar al restaurante fue Albert, quien se ha definido como un hombre pasional y cariñoso, pero “dentro de casa”. Respecto a su pasado amoroso, el soltero le ha explicado a Carlos Sobera que ha estado 20 años casado y que tiene dos hijas de 14 y 13 años.

Su cita de la noche fue Roser, una mujer que está cansada de buscar al hombre de su vida y que ha acudido a First Dates para ver si la suerte se ponía de su lado. Albert, nada más verla, ha tenido una buena impresión de ella, pero se ha mostrado un poco decepcionado con la elección del programa porque a él le gustan más las mujeres «bajitas y delgaditas».

Por su parte, Roser ha compartido la decepción del soltero, pues ha señalado que esperaba que su cita al menos se arreglara un poco para acudir al programa. Y es que, la comensal señaló que Albert, en su opinión, no lo había hecho. El tema del horóscopo fue otro gran inconveniente para la mujer, pues el hecho de que él fuera Tauro, siendo ella Escorpio, le daba poco futuro a una buena relación.

“Defienden mucho sus ideas y son prepotentes”, le explicó. Antes de entrar en mayores polémicas, los comensales han comenzado a degustar su primer plato, momento en el que Albert ha vuelto a demostrar su gran disgusto. “Voy a venir más aquí porque ponen poca cantidad”, le comentó a Roser irónicamente.

roser

La cena no les ha parecido mal, pero ellos no se estaban gustando nada de nada. Fue entonces que el soltero le dijo a su cita que hablara de algo, pues sentía que él era el único que estaba dando tema de conversación. Ante sus palabras, Roser le dijo que ella suele hablar mucho, pero que como él hablaba tanto se había quedado cortada.

En cuanto al sexo, la soltera le ha confesado ser muy exigente y activa, palabras que Albert no dudó en responder. “Eso lo dicen todas, pero cuando te sales de misionero, se lía”, dijo, sin tapujos. Al final de la noche, la decisión final de ambos estaba clara.

Aunque le pareció buena persona, la comensal no era el prototipo de mujer que estaba buscando. Al respecto, Roser señaló que ella tampoco había sentido esa chispa. Eso sí, le ofreció su amistad, pero antes de confesarle que las personas con pelo y barba en la cara le repelen.

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