Economía

Santander Multinationals, el aliado que brinda seguridad a las empresas que dan el salto al exterior

El orden mundial del comercio está cambiando de piel, sobre todo tras la victoria de Donald Trump en EEUU y la nueva política arancelaria del Gobierno estadounidense.

Bien es cierto que, aunque Trump haya dado la vuelta al tablero comercial, éste ya estaba transformándose de manera progresiva debido a la irrupción de las nuevas tecnologías, las cuales también dinamitaron las estrategias comerciales tradicionales, las cadenas de suministro o la industria en su conjunto. A ello, también hay que sumar los vaivenes geopolíticos, los cuales están contribuyendo a la zozobra internacional, tanto en los diferentes gobiernos como en el seno de las organizaciones empresariales.

De hecho, según la encuesta C-Suite Outlook 2025 del Conference Board, alrededor del 80% de los CEO y grandes directivos de las principales compañías de América del Norte, Europa, Asia y América Latina, han planeado en los últimos tiempos cambios importantes para sus cadenas de suministro.

Cambios en las reglas del juego 

Las nuevas reglas del juego, evidentemente, preocupan a las empresas de todo el mundo, razón por la que están analizando qué reorganización pueden hacer para ser más eficientes o qué giro estratégico pueden adoptar con el fin de diversificar sus mercados y tener una salida rauda si, de nuevo, el orden en el comercio global diera un giro de 180 grados. Sobre todo, cuando la industria de decenas de países depende de la importación de productos para desarrollar su actividad, así como de la internacionalización, expandiendo sus actividades y operaciones, buscando nuevas oportunidades de negocio, o ambas cosas.

España, en concreto, es un gran país exportador. De hecho, en este momento, según los datos del Observatorio de la Competitividad Empresarial sobre Internacionalización, las exportaciones son el 42% del PIB de España. En detalle, casi un 80% de las empresas exportadoras –grandes y pymes– lo hacen de forma regular, siendo una manera de asegurar estabilidad y crecimiento sostenible.

Los beneficios de la internacionalización son diversos: expansión y crecimiento, optimización de recursos y nuevas posiciones estratégicas, etc. En definitiva, al abrirse al exterior se eleva la competitividad y la resiliencia empresarial, ya que las compañías internacionalizadas están, en general, mejor preparadas para las fluctuaciones económicas. Sin embargo, la acción de la internacionalización implica adaptar productos y servicios a las características y regulaciones de los diferentes mercados internacionales, un punto en el que es recomendable dejarse asesorar para elevar las posibilidades de éxito.

Asesoramiento a necesidades específicas 

Para ello se ha creado Santander Multinationals, la nueva unidad global de Banco Santander dedicada a facilitar la internacionalización de empresas, tanto grandes como medianas y pequeñas, ofreciendo una amplia gama de servicios financieros, no financieros y de asesoramiento, adaptados a las necesidades específicas de cada compañía.

Más de 18.000 compañías clientes de banca comerciales ya tienen el servicio de Santander Multinationals, las cuales tienen idiosincrasias diferentes entre sí, ya que hay desde grandes organizaciones que buscan construir fábricas en el extranjero con miles de empleados, hasta pymes que están dando sus primeros pasos hacia la internacionalización.

Multinationals es un ejemplo práctico del modelo One Santander: un banco global que convierte la inversión inicial en nuevos servicios a nivel de grupo en ingresos adicionales en cada país, sin necesidad de grandes adaptaciones. Además, la integración digital permite replicar en otros países innovaciones que han demostrado su éxito.

Yann Louvrier, responsable global de Multinacionales en Banco Santander, destaca la importancia de que los líderes empresariales «diseñen estrategias sólidas y flexibles que permitan proteger sus operaciones, en un mundo de rápida transformación».

Afirma, además, que, incluso a pesar del momento de inestabilidad geopolítica y los enfrentamientos entre los diferentes bloques comerciales, «la próxima oleada de internacionalización no se limitará a grandes corporaciones. En Santander, hablamos cada día con empresas medianas que también están explorando sus opciones. Nuestra misión es ayudarlas a cumplir sus ambiciones».

Operaciones en 14 mercados

Santander Multinationals opera en 14 mercados en los que el banco tiene presencia en banca comercial: Alemania, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, México, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, Uruguay, y también China, a través de un acuerdo con Bank of Shanghai. Los servicios incluyen un proceso de on-boarding especializado, acceso a la herramienta de gestión de tesorería Cash Nexus, soluciones de divisa y cobertura de riesgos.

El responsable de Santander Multinationals, además, explica también la importancia de evaluar los riesgos. «Evaluarlos en este momento es más complicado que hace una década, pero también es más importante». En el análisis de los riesgos de una inversión internacional hay que tomar en consideración diferentes estrategias de entrada o detalles fundamentales, como el alquiler de oficinas, la contratación de personal o los gastos locales que conlleva el establecerse.

Más allá de los servicios financieros, y gracias al conocimiento del funcionamiento local, las empresas que trabajan con Banco Santander son asesoradas en todo momento, lo que les permite crecer y aprovechar las oportunidades de los nuevos mercados, y no tropezar con los patrones del comercio internacional, que no siempre son sencillos de seguir.

Por último, Louvrier destaca la amplia visión de los clientes de Banco Santander sobre los objetivos que quieren alcanzar a través de la internacionalización: «Es fascinante ver cómo los directivos movilizan sus recursos humanos y financieros para que el salir del país sea un éxito». Instalarse en un país ajeno requiere conocer la cultura empresarial, tener presente el contexto político y económico, y aceptar que en el proceso de internacionalización hay que tomar decisiones, incluso en mitad de una posible inestabilidad. «Eso sí, las empresas que lo logran, no dan marcha atrás», termina.