Gastronomía

Arrasan las series de contenido gastronómico

El fenómeno de las series de las plataformas televisivas ha llegado al mundo gastronómico

El fenómeno de las series de las plataformas televisivas es imparable. El consumo tradicional de lo audiovisual ha sufrido un cambio que se agudizó con los comportamientos de pandemia, y la mayor parte de los aficionados se han aficionado al modelo de capítulos, temporadas y esa estructura narrativa del continuará…La gastronomía, hoy considerada auténtica influencia cultural no es ajena a este fenómeno. A los programas tipo reality o concursos como han sido el agitador, Pesadilla en la Cocina de origen anglosajón, con Gordon Ramsey, o Masterchef que en su versión nacional va ya por la undécima temporada, se unen documentales donde cocineros franceses, chinos o de cualquier parte del planeta, cuentan sus secretos, técnicas, e inclusos sus modelos de vida. Sólo en la plataforma Netflix pueden encontrarse no menos de una decena de formatos gastronómicos que, como suele ocurrir, incluso se jerarquizan por audiencia e interés, según los programadores.

Uno de los más aclamados por su ácida recreación de los sueños y tormentos que supone ser cocinero de éxito es Hunger pùede verse en Netflix) un drama de una cocinera tailandesa que sufre la exigencia máxima de un cocinero dictador que pone a prueba su resistencia mental y física. Entre las escenas memorables está la obsesiva perfección con el corte de las lonchas finas de wagyu.

La serie de la que todo el mundo habla y no para entre los iniciados gastro, se llama Nada. Este ciclo argentino, disponible en Disney Channel, gira en torno a la fascinante personalidad de un crítico gastronómico bonaerense al que interpreta magistralmente Luis Barandoni. La trama nace cuando este maniático sujeto, perfeccionista de las elaboraciones y singularmente de la milanesa, se queda sin una ama de llaves que conocía al dedillo todas las neuras del escritor. Esta saga de cinco capítulos cortos, es un auténtico repaso y reflexión por el oficio de crítico, su relación con cocineros y editores, y tiene el contrapunto atractivo de que el totémico Robert de Niro interviene como narrador y amigo de ese Manuel Tamayo, personaje central. El libro que supone el arranque creativo que incita la nueva ama de llaves paraguaya, se titula precisamente como la serie y encierra metáforas para pensar al final que es lo que quieren decir los críticos de la cosa. Esta serie ha sido milimétricamente vigilada por cocineros de nivel, y de nuestro compañero y amigo el periodista Federico Oldenburg.

Si los amigos de la manduca han elegido el dúo de De Niro y Brandoni como preferidos, no hay bodeguero que no se refiera a Las gotas de Dios. Disponible en Apple TV, cuenta un singular reto planteado por un excéntrico elaborador francés que acaba viviendo y muriendo en Tokio, para enfrentar en una cata a ciegas a su propia hija con su superdotado y talentoso discípulo japonés. El mundo del vino, la pasión que despierta para los sumilleres, las intrigas que existen en torno al mismo, quedan reflejadas perfectamente entre la vieja Francia y el país del sol naciente, donde los giros de guión y la pintura de ambientes no son menores alicientes. Para saber el resultado del duelo deben verse los ocho episodios de no menos de una hora. Está basado en un manga superventas del mismo título y la realización en ocasiones tiene ese mismo aire visual.

La tendencia no se agota porque hasta Michel Obama ha hecho programa propio de cocina. Ha tenido muchos seguidores la serie de Disney Channel The Bear. Sus ocho episodios de 2022 que pueden verse aún en este canal, reflejan los entresijos del negocio hostelero, y al fin y al cabo los claroscuros de una familia.

Y para los muy fudis, no hay que olvidar los docugastro que como Chef`s table o Streetfood (ambas en Netflix), como punta de lanza de un modelo donde los cocineros viajan, descubren, y cuentan las cocinas mundiales. En esta era de mirones y de dietas, parece que es más apetecible que nos cuenten cómo es la comida y su recetario que el propio hecho culinario. Muchas series para comer con la vista.