España
Juicio al 'procés'

Los votantes utilizaron las urnas del 1-O como armas contra la Policía en Tarragona

Un grupo de ciudadanos utilizaron las urnas a modo de arma contra los policías nacionales que las habían incautado cuando se las arrebataron en medio del forcejeo en un instituto de Tarragona durante el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, según han relatado cuatro agentes que resultaron lesionados en dicha actuación.

Los cuatro testigos, el jefe de un operativo de policía judicial y tres subordinados, han narrado al tribunal que juzga el proceso independentista en Cataluña el episodio de violencia y hostigamiento que vivieron en el Instituto Torreforta durante la jornada del 1-O, sobre todo cuando los votantes les vieron salir cargados con las urnas.

Al llegar, han indicado a preguntas del fiscal Jaime Moreno, que casi un centenar de personas trataron de impedirles el paso sentándose en el suelo para que los agentes no lo tuvieran fácil a la hora de poder alcanzar las urnas. Ahí «empezó la agresividad, la hostilidad» de los votantes, que «sujetaban las piernas» a los policías para que no pudieran pasar y les propinaban «pellizcos».

Cuando consiguieron llegar hasta las urnas, el equipo de policía judicial se incautó de tres de ellas y en el transcurso hacia la salida se formó «un pequeño tumulto» y los votantes lograron arrebatárselas en unos pocos segundos, provocándoles además heridas de diversa consideración.

Le patearon en el suelo

El jefe del equipo lo ha resumido así: «A uno de los compañeros que recuperó una urna le dieron un puñetazo, cayó al suelo y ahí le patearon. A otro al que yo le había ordenado que grabara con su móvil le dieron un manotazo y el teléfono se le cayó al suelo y cuando se agachó para recogerlo le dieron otro puñetazo. A otro le dieron un golpe en la cabeza con la urna que habían recuperado. Y a otro le rompieron el pantalón cuando intentaba salir, le golpearon y también le quitaron la zapatilla».

Después, uno a uno, los policías heridos han relatado sus experiencias, corroborando uno a uno los detalles aportados antes por el que era su jefe el 1-O. El que fue agredido con la urna en la cabeza ha detallado que el golpe le provocó «un chichón», pero no requirió baja médica. El que cayó al suelo tras recibir un puñetazo se ha mostrado apesadumbrado por el hecho de haber «perdido» la urna que había logrado incautar.

Los Mossos no ayudaron

Y mientras todo esto ocurría, los policías han afirmado que la pareja de Mossos d’Esquadra que vieron justo enfrente del instituto ni hablaron con ellos ni les ofrecieron su colaboración para ayudarles a cumplir la orden judicial de cerrar colegios e incautar el material usado para el referéndum.

Cuando ha tocado el turno a las defensas, la abogada de Jordi Cuixart, Marina Roig, ha querido saber si en medio de esa situación los votantes gritaban «democracia». «Sí, gritaban democracia, y también ‘hijos de puta’, ‘sólo sabéis hacer esto’, ‘fascistas’, ‘no tenéis vergüenza’…», ha replicado el jefe del equipo de policía judicial.

A lo largo de la sesión de este martes han comparecido otros agentes de la Policía que intervinieron en el 1-O cumpliendo diferentes funciones: como policía judicial para incautarse del material del referéndum ilegal, pero también agentes de información y miembros de antidisturbios (UIP) en diferentes centros de Barcelona y Tarragona. Todos han coincidido en describir la resistencia que encontraron a las puertas de los centros y la actitud pasiva de los mossos que podían verse en las inmediaciones.

Así, un agente de UIP que acudió en dicha jornada a Escuelas Pías de Barcelona ha narrado ante la sala la «agresividad» de los ciudadanos que se encontraban en el lugar, en especial cuando cubrían la salida de la comisión judicial, momento en el que les tiraron vallas y adoquines que él percibió como estaban «preparados» de antemano para ser usados contra los agentes.

A preguntas del abogado Andreu Van den Eynde, que defiende al ex vicepresidente Oriol Junqueras y al ex consejero Raül Romeva, y que se ha interesado por si fue necesario el uso de defensas en este centro, el agente ha relatado que las sacaron porque a uno de sus compañeros le tiraron encima una motocicleta.

Otro agente, un inspector de Policía que intervino en varios centros de Tarragona, ha relatado que resultó lesionado en las costillas al intentar evitar que la gente que se concentraba a las puertas del Centro Cívico Campclar cerrase la puerta, que era metálica. «A la salida nos cayeron botellas de agua, piedras, mecheros, escupitajos…», ha recordado ante el interrogatorio del fiscal.

Este mismo policía intervino en otro centro de votación Tarragona, ubicado en la sede provincial de la Consejería de Territorio y Sostenibilidad, donde tras conseguir acceder al interior lo que se encontraron fue «una urna y una flor».

«No» a las preguntas de Vox

El abogado Javier Ortega Smith, que representa a la acción popular ejercida por Vox, ha preguntado a todos los testigos la misma cuestión, si los ciudadanos que ofrecían resistencia estaban encapuchados, obteniendo en todas las ocasiones una respuesta negativa. También han constado ‘no’ a si había alguien organizando a los manifestantes.

En esta sesión ha vuelto a salir a colación, en el testimonio de otro de los policías, la presencia de la ex consejera huida en Escocia Clara Ponsatí, quien se concentró junto a otros ciudadanos el 1 de octubre frente a las puertas de la Consejería de Educación. Este testigo ha coincidido con compañeros que en días anteriores relataron que Ponsatí gritaba que no se iría de allí porque esa era su «casa».

Sobre otra intervención en el Colegio Proyecte, dos agentes han relatado que entre las personas que se aferraban unas a otras a las puertas del centro había un chico joven con síndrome de down, al que retiraron de forma «cuidadosa», mientras que en el colegio Dolors Montserdá uno de los policías que intervino ha apuntado, aunque sin decir su nombre, la presencia en el lugar del abogado Van den Eynde, quien solicitó leer el auto que autorizaba la intervención.

En este último centro el agente que intervino material del referéndum ha apuntado que encontró una de las urnas en una cámara frigorífica. Otro testigo que ha intervenido inmediatamente después, y que realizaba labores de información en torno al Colegio Augusta, ha relatado cómo en un momento dado llegó al centro un vehículo del que se bajó una pareja portando urnas, mientras que otras fueron cargadas en el interior de otro vehículo que llegó poco después, todo ello sin que una patrulla de Mossos que se encontraba en la esquina hiciera nada al respecto.