España

Varios opositores nicaragüenses desterrados a EEUU aceptan la oferta de nacionalidad de España

Albares defiende a los opositores pese al apoyo de Podemos a Daniel Ortega

Las hordas podemitas revientan un acto del disidente cubano Yúnior García en la Complutense

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha desvelado este lunes que «varios» de los 222 opositores de Nicaragua que han sido desterrados a Estados Unidos y privados de nacionalidad han aceptado la oferta de recibir la nacionalidad española formulada por el Gobierno.

Albares ha enmarcado la oferta de nacionalidad española a los 222 presos políticos excarcelados por el régimen sandinista de Daniel Ortega y enviados en un avión a Estados Unidos, tras haber sido privados además de la nacionalidad nicaragüense en la necesidad de brindar «aliento» desde los países democráticos a «las personas que hacen frente con valentía y dignidad a regímenes autoritarios».

Tras la «desafortunada decisión» de la dictadura de Ortega de «despojarles de su nacionalidad», España les ha brindado la posibilidad de darles la nacionalidad y, según ha precisado Albares, son «varios los que han dicho que sí».

«Estaremos encantados de acogerles lo antes posible», ha asegurado el ministro, que no ha detallado cuántos estarían dispuestos a trasladarse a España desde Estados Unidos.

«España es su casa como lo es de todos los que defienden la libertad y la democracia», ha añadido, poniendo precisamente como ejemplo al escritor Sergio Ramírez, antiguo vicepresidente de Nicaragua y ahora perseguido por el régimen, presente en el acto en Casa de América en el que se ha presentado el nuevo Programa Democracia de AECID.

Esta actitud choca con la de sus socios en la coalición de Gobierno, ya que desde Podemos, el diputado de la formación en el Parlamento andaluz Ismael Sánchez, fue enviado a Nicaragua en la última farsa electoral organizada por Daniel Ortega y mandó entusiastas mensajes de apoyo a los sandinistas. El régimen de Nicaragua sigue siendo ajeno a los principios de la democracia y el respeto a los Derechos Humanos, cosas que, ciertamente, nunca han preocupado demasiado a los políticos de Podemos.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, denunció en los últimos meses el clima de represión en Nicaragua. A la lista de «acontecimientos preocupantes» se suma también la cancelación de más de 3.000 ONG, el cierre de casi una treintena de medios o el acoso a activistas, clérigos o periodistas, entre otros abusos.

El Gobierno de Estados Unidos confirmó el viernes que ha mantenido contactos con las autoridades españolas sobre la reciente deportación de los opositores nicaragüenses. La responsable adjunta de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado estadounidense, Emily Mendrala, admitió que parte de ellos pueden «explorar ofertas» de otros países y no necesariamente permanecer en territorio de Estados Unidos.

La acogida humanitaria brindada por Estados Unidos les da derecho al menos a dos años de residencia, imprescindible en el caso de un grupo que teóricamente quedó despojado en bloque de la nacionalidad, como resultado de una reforma constitucional que penaliza de forma específica a los «traidores de la patria».

En este sentido, la responsable estadounidense puntualizó que corresponderá a cada una de estas personas «escoger la opción que para ellos tenga más sentido», señalando que, si bien algunos tienen familiares en Estados Unidos, otros países de América Latina o incluso a Europa. Washington está dispuesto a «facilitar» los viajes, aclaró.

La Revolución Popular Sandinista (RPS), que triunfó el 19 de julio de 1979, constituyó el primer movimiento armado revolucionario exitoso después de la revolución cubana, para los sandinistas convertirse después en todo lo que combatieron. En palabras de Javier Nart, que apoyó a los sandinistas en su inicios, «cuando un pueblo vive en corrupción de sus dirigentes, la violación sistemática de los derechos humanos y la discrepancia es criminalizada, perseguida y muerta en las calles; cuando hay matones al servicio de la dictadura y hay milicias particulares, me da exactamente igual que sea el nombre de Somoza o de la revolución noble de palabra, prostituida por Daniel Ortega».