Sánchez promete a Junts el control de fronteras, la gestión del NIE y la expulsión de extranjeros
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
El PSOE vuelve a claudicar ante Junts y transferirá el control completo de las competencias en materia de inmigración y extranjería a la Generalitat antes del próximo viernes, según confirman a OKDIARIO fuentes socialistas de máximo nivel implicadas en la negociación.
Esta histórica concesión constituye el precio exigido por Junts para retirar su proposición no de ley que sometería a Pedro Sánchez a una cuestión de confianza. Lo más sorprendente es que el acuerdo traspasa a la Generalitat precisamente aquellos aspectos que hasta hace solo días el Gobierno definía como líneas rojas innegociables: el control fronterizo en territorio catalán y la capacidad de expulsión de extranjeros.
En virtud de este pacto, la Generalitat no solo asumirá la gestión integral de los puestos fronterizos en puertos y aeropuertos catalanes, sino que adquirirá plenas potestades para decidir sobre la entrada y permanencia de ciudadanos extranjeros. La administración catalana dispondrá también de competencias plenas para iniciar y ejecutar procesos de expulsión -facultad tradicionalmente exclusiva del Estado- y controlará la gestión del Número de Identidad de Extranjero (NIE).
Estamos ante una transferencia sin precedentes en el contexto europeo. La Generalitat dispondrá de un nivel de autonomía en política migratoria que supera incluso al de regiones con amplia capacidad de autogobierno como Baviera, que no cuenta con un control fronterizo comparable al que ahora se otorgará a Cataluña.
El acuerdo, que incluye un significativo incremento de recursos económicos para Cataluña, representa una victoria incontestable para Carles Puigdemont, quien ha conseguido arrancar al PSOE una de sus principales reivindicaciones.
«Puesto que el acuerdo al que llegamos con el PSOE, que está escrito y firmado, es delegación integral, nosotros queremos delegación integral. Integral significa que los Mossos tengan competencias plenas en materia de inmigración», había advertido la portavoz parlamentaria de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras. Dicho de otro modo: Junts exigía a los Mossos d’Esquadra en la frontera, y finalmente lo ha conseguido.
El viraje socialista resulta especialmente llamativo cuando apenas unos días atrás, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, defendía públicamente las líneas rojas del Gobierno: el Estado debía mantener el control de fronteras, la regulación de flujos migratorios y la capacidad de expulsión de extranjeros, competencias exclusivas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Como en ocasiones anteriores, los cuadros socialistas observan con perplejidad cómo los independentistas vuelven a imponerse.
Tan contundente ha sido la posición de Junts que su secretario general, Jordi Turull, llegó a plantear un ultimátum sobre las reticencias de Marlaska: «Si no está de acuerdo, se le cesa, porque este es un acuerdo con el PSOE, y no me sirve que se resista el señor Marlaska, porque si se resiste quiere decir que prefieren a un ministro que cumplir con el acuerdo. Han de elegir, o el ministro o el acuerdo».
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